No todos tienen la decisión y necesidad de superarse.
Sabemos que lograr lo que se quiere, muchas veces no es nada fácil.
Aquellas personas que han logrado su propósito son porque han descubierto el motivo de su necesidad, han persistido, han creído en la idea que los mantuvo con ilusión y entusiasmo, y han seguido adelante a pesar de los pesares.
Todo tiene su esfuerzo y dedicación.
Una cosa es una idea y otra es hacer que esa posibilidad se convierta en realidad mediante acciones efectivas, con fe, confianza, determinación, compromiso, perseverancia y paciencia, tenacidad para que las cosas sucedan.
El cambio de transformación es un asunto de “Motivación” (Motivo que mueve).
No todas las personan están dispuestas a asumir esa labor; quieren el camino fácil. No todo el mundo tiene el Hambre suficiente; no todas las personas están dispuestas a aguantar la tensión que generan los cambios que luego se convertirán en una nueva creación o realidad.
Para transitar procesos de transformaciones, ayuda recordar que No somos nuestros logros o fracasos, no somos nuestras posesiones o dinero, no somos nuestros cargos, títulos o puestos de trabajo, no somos nuestra belleza, juventud o salud, etc.
Porque cuando una persona se ha definido con un determinado papel, rol, cargo, dinero, jerarquía, salud, etc., lo que sucede cuando pierde eso en que se definía, ej. trabajo, dinero, salud, belleza, corre el riesgo de considerarse y sentirse que también ha perdido su valor como persona, y verse desorientado de sí mismo, creyendo que ya no es nadie.
¡Atención! Lo que nos define como personas es nuestra identidad, y esa identidad son nuestros valores, y No el papel o rol con el que nos hemos definido.
Refiriéndome concretamente al cambio y transformación personal producto de crisis; muchas veces creemos que, si expandimos los límites mentales y de nuestra personalidad, ya no nos reconoceremos a nosotros mismos y esto nos genere una sensación de vértigo.
En el fondo, lo que está pasando es un cambio profundo y radical, hemos comenzado un nuevo despliegue de nuestros potenciales. Es una maravillosa Transformación.
Las crisis son las mejores oportunidades para expandir los límites de nuestra personalidad.
Es una llamada fundamentalmente al cambio en las formas de pensar, de vivir, de actuar y en que como sociedad contemplamos y entendemos las cosas, los PARADIGMAS.
De acuerdo a la forma en la que valoramos la crisis, vamos a obtener un resultado u otro. ¡La diferencia está en la valoración del evento! que genera la experiencia personal.
Por ejemplo: si una persona, ante una situación de crisis, dificultad, adversidad en su vida, valora esa circunstancia como una oportunidad de cambiar algo para bien mayor, sea en cómo piensa, razona, evalúa, siente, actúa, responde; esa crisis le va a favorecer a realizar una exploración de campos nuevos.
Caso contrario, si evalúa esa crisis como una desgracia terrible, la propia emocionalidad que surge de ese diálogo interno le va a impedir encontrar posibilidades y soluciones, aunque las tenga adelante suyo. Quedará atrapado por el miedo paralizante.
Todo comienza en la mente. Lo que creemos, CREAMOS.
Las cosas no son como son, son como las observamos. Y observamos las cosas de acuerdo a como somos.
A la hora de realizar valoraciones, hay que revisar cuáles son tus creencias disfuncionales que puedan limitar tu potencial de recursos con que cuentas y las posibilidades de acción, para poder transformar y transformarte en quien deseas.
La creatividad surge cuando nos encontramos con situaciones complicadas y con dificultades; la inteligencia se abre y la creatividad se despliega precisamente gracias a la dificultad.
Por eso, el hambre y el deseo de superación son ingredientes fantásticos.
Haciendo foco, y teniendo claro el PARA QUE; aparecerán los COMO y crecerá la disposición a transitar el proceso asumiendo los desafíos que surjan.
Cuanto más difíciles sean los desafíos, mas anclados debes estar en tu foco y en tus valores.
