Jorge Antonio Díaz Solis inició sus estudios de medicina en Panamá pero tuvo que interrumpirlos cuando emigró a la Argentina con 25 años. Luego de muchos años de esfuerzo y tras varios problemas económicos logró recibirse en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
“Este título significa toda una vida para mí”, comentó Díaz Solis en diálogo con un medio nacional y contó que durante muchos años le tocó vivir en cortaderos de ladrillo, cerca del aeropuerto Ingeniero Ambrosio Taravella.
“Me las ingeniaba para ir a la Universidad, porque en esa época no había boleto estudiantil. Caminaba hasta el Hospital de Clínicas o hasta Ciudad Universitaria. Eran entre dos horas y media y tres”, explicó.
Muchos inconvenientes económicos que afrontó por años y el gran esfuerzo para poder cursar lo obligaron a postergar su sueño. Sin embargó hoy lo consiguió y sus vecinos lo consideran un ejemplo de superación.
Jorge Antonio vive actualmente en un barrio para personas mayores, tutelado por el Ministerio de Desarrollo Social.
“Para todo el barrio es un orgullo, y un estímulo para seguir estudiando. Todos compartimos su alegría”, apuntó Cristina, una de las residentes.
Compartir la felicidad del sueño cumplido
Ahora, el próximo paso de Jorge Antonio es poder viajar para contarle la buena noticia a su madre, quien todavía reside en Panamá y tiene 97 años de edad.
“Quisiera decirle a mi madre que le he cumplido el sueño. Que he llegado a la meta final de mi vida”, remarcó.
Según contó el flamante médico a su madre le cambiaron el número de teléfono y no puede contactarla. “Tendría que buscarla en la guía telefónica, pero no existen acá en Córdoba”, agregó.
“Espero que no se me muera antes. Tengo miedo que no me reconozca, porque está con Alzheimer”, se lamentó emocionado.
