Esta semana nos confirmaron que a partir abril, entra en vigencia el requisito de acreditar la fe de vida exigida por el ANSES para que los beneficiarios de las jubilaciones y pensiones puedan cobrar sus haberes. La gran mayoría de este colectivo, son mujeres, las cuales estuvieron conmemorando su día, nuestro día. Pensaba en función de ellas y todo lo que tienen las mujeres mayores, las viejas, que trajinar en lo cotidiano y nadie las mira, ni las tienen en cuenta. Y ahora se les suma esto como si tuvieran poco en la vida. Porque ellas son mujeres cuidadores, niñeras y tantos otros roles más.
Volviendo a la “fe de vida”, el RENAPER, Registro Nacional de las Personas debería trabajar coordinadamente por medio de algún sistema de alerta o lo que sea, con AnSes para dar de baja las pensiones y jubilaciones ante el fallecimiento del beneficiario.
A pesar de que los bancos buscan las formas de facilitar el trámite sigue siendo todo un contratiempo para las personas mayores y también para quienes son cuidadores y/o apoderados de una persona mayor que tiene cierta dependencia, o cuentan con internación domiciliaria.
En nuestro bendito país hay presupuesto para todo menos para invertir en políticas públicas de fondo destinada a mejor la calidad de vida y les ahorre traqueteos a las personas mayores.
Hace muy pocos días, como ya les dije, conmemorábamos el día Internacional de la mujer y los invito a reflexionar juntos, qué lugar ocupan las mujeres mayores en nuestra sociedad, qué paso con las mujeres que fueron cuidadoras de personas más ancianas en la pandemia, qué paso con ellas luego del covid, que línea de beneficios especiales para atender su salud mental ofreció el Estado o los Estados.
Estamos llenos de anuncios rimbombaste, de enunciados cariñosos, que quedan en la superficie, no más allá de eso. Cuando realmente se deben tomar decisiones políticas para poner a funcionar los engranajes de la burocracia, ahí nos lavamos las manos y les decimos a los viejos y viejas que se arreglen. Que busque la forma de justificar que están vivos, que gestionen como puedan su salud mental y sino que sigan aumentando su polifarmacia, total tenemos un vademécum lleno de psicofármacos…
Pero para que esta realidad cambie debemos involucrarnos como sociedad, pero especialmente los nietos e hijos de las personas mayores y si no lo hacen por amor y empatía, háganlo por ustedes mismos, porque la vejez llega y si no cambiamos de paradigma, en 10 o 20 años las cosas para los viejos va a ser mucho más difícil. Por una simple razón lo viejos vamos a ser más y los recursos cada vez serán menos para brindarnos un soporte previsional, de salud, recreación, contención, educación y acceso a la justicia.
Todos nos merecemos envejecer con derechos, el tiempo de reclamar y actuar es hoy.
Bienvenidos a #VivirPlenamente
