Les cuento que vi una película muy buena en el canal Europa Europa, quienes tengan alguna de los sistemas de cable van a saber de qué canal estoy hablando. La película se llamaba ‘Vivir sin Parar’ o ‘Volver a la Pista’, también es otro de los nombres que pueden llegar a encontrar de esta película; relata la vida de un ex medallista de oro de la Alemania de los 50’, que por insistencia de su hija y su esposa Margot, van a vivir a una residencia geriátrica. Harto de que las únicas opciones de terapia sean las manualidades y el coro, que era religioso, el decide calzarse sus viejas zapatillas de correr y como terapia, empieza a correr a diario.
Bueno, genera el asombro de sus compañeros y de quienes lo cuidaban, empieza a correr con la ilusión de participar nuevamente en una maratón. Le pasan a lo largo de la trama infinidades de cosas, él se queda viudo, pero antes de morir, su esposa le pide por favor que le cumpla la promesa de que va a participar de la maratón.
Realmente, de esta película yo rescato y se la cuento y se las recomiendo amigos, porque habla de no resignarse y de resistir, de resistir las imposiciones y también de luchar por recuperar la ilusión y alcanzar el objetivo; y como les decía, de cumplir esa promesa que le hizo a Margot, para lograr nuestros objetivos en la vida, el apoyo de los amigos fue fundamental, el apoyo de los pares es fundamental, inclusive la actitud frente a la vida, de no resignarse a esperar la muerte y hacer cosas que a él no lo motivaban, ni le agradaban, sirvió también para que haya un cambio dentro de la institución. Quienes dirigían la institución se dan cuenta que las cosas no las estaban haciendo bien y también para que sus compañeros recuperarán las ganas de vivir y de y de cumplir con esas viejas ilusiones que habían quedado a lo largo del camino.
Por eso nosotros hacemos mucho hincapié desde aquí, desde Vivir Plenamente y bueno desde nuestra productora de contenidos para adultos mayores, desde la televisión, el sitio web, las redes sociales, la radio. Ustedes deben acercarse a los centros de jubilados, a los clubes de abuelos, a todos los lugares a donde se encuentran sus padres para poder, juntos con esos ir estableciendo nuevos vínculos; es fundamental porque una de las mayores enfermedades que afronta el adulto mayor es la soledad. Los hijos por más buena voluntad que tengan están en este ritmo loco que nos toca vivir, de trabajar, de llevar el sustento diario a nuestras casas, de acompañar a nuestros hijos y demás, y por ahí no podemos dedicarle todo el tiempo que ustedes necesitan.
Entonces quiero sugerirles buscar aquellos espacios que a ustedes los haga feliz, recuperar aquellas cosas que a lo largo de la vida por los compromisos laborales y familiares, lo dejaron de lado y empezar a hacerlas de nuevo, así como no sé si van a hacer una proeza tan grande como la que relata esta película de que corrió una maratón de 42 km, pero por lo menos pueden sumarse a algún coro, si su deseo era cantar; empezar a tocar un instrumento, aprender un idioma o retomar los estudios. Hay infinidad de cosas que ustedes pueden hacer para VIVIR PLENAMENTE…!!!
