Una de las “plumas” más destacadas del pueblo correntino, “Cacho” González Vedoya, fue homenajeado por la Biblioteca Popular “Escritores Correntinos”, y ante tal muestra de afecto y reconocimiento expresó su emoción y felicidad: “Esto me pone muy flojo, soy un llorón”.
¿Cómo se siente en esta noche de homenaje?
– Siento muchísima emoción. Apareció un alumno mío de principios del año 60, ya hecho un hombre. Creí que había fallecido en la guerra de Malvinas, lo andaba buscando, y me apareció acá.
La emoción a flor de piel…
-Si, pero me hace bien porque me tranquiliza. Y ahora haber encontrado a mi ahijado a quien le andaba buscando por todos lados, porque había un joven de apellido Blanco que había muerto, pero no fue él sino su hermano.
Hizo un pedido especial a la biblioteca para rendirle homenaje a este soldado que dejo su vida en Malvinas…
-Si, así es. Era mi deseo, porque yo sabía que había uno de apellido Blanco que había fallecido ahí, y creí que era este muchacho (por su ahijado) pero era el hermano, que también era un allegado.
Uno de los nueve hermanos que te acompañaron cuando aprendías de su padre a armar bobinas de radios
– Sobre toda la bobina que no le pegaba mucho, porque por ahí hacía mucha interferencia (risas). Es de una época en la que todavía no había FM, solo LT7 y L5 Radio Chaco nada nomás, y por ahí apareció mi radio donde ponía música y todo el pueblo escuchaba. Después le pusieron nombre a mi radio “LTI”, para que rime con Radio Itatí (risas). Duró poco tiempo porque no tenía habilidad para armar las bobinas, pero me gustaba porque ponía la música y me iba al fondo de mi casa a escuchar en una radio, sintonizaba.
En un artículo comentabas que no te imaginabas vivir en una ciudad sin un río, ¿Cuál es la dimensión que, a tus 80, tiene el río?
– Vivo pensando que estoy en este lugar tranquilo porque sé que alguna de las calles de esta ciudad termina en el río, a mí me pasa eso, de que no puedo pensar en un pueblo o una ciudad donde no haya uno. Tiene un montón de cosas, imagínate que muchas veces nos enseñaron que el río era un límite entre un país y otro, y es todo lo contrario, es lo que nos une. El que vive de este lado de la costa hace lo mismo que el que está del otro lado, tenemos la misma cultura, somos iguales no distintos, ni diferentes, ni estamos separados, tenemos los mismos sueños, las mismas inquietudes.
Si tuvieses que pensar en un legado, más allá de tu vastísima obra, ¿Qué te gustaría dejarle al pueblo correntino y a la humanidad?
– Pienso que lo que uno puede dar, lo que todos nosotros podemos dar, es amor. El amor es lo único que va a salvar al ser humano, ni un otro sentimiento puede, porque son como papeles pegados en la pared, que llega la lluvia y se deteriora, pierde; y el amor no, es al semejante, al que más lo necesita.
Del emotivo acto al querido Vedoya participaron artistas como Daniel Osuna, Miguel Tayara, Simón Oberti, Beatriz Bofill, Nino Zanoni, Aldy Balestra, Milagros Caliva, Estefanía Ceballos, Ornella Barraza y Jorge Sánchez Aguilar.
Entre los testimonios de aquella noche, la mayoría coincidió en que fue una hermosa velada donde el merecido homenaje fue de lo más emotivo, lleno de sorpresas y anécdotas. Cabe destacar que por parte de la Comisión Directiva y desde la subcomisión de Arte y Cultura de la Biblioteca, prevén nuevas ceremonias que prometen ser igual de emocionantes.
