En el programa del domingo pasado, María Olga Giménez, representante de la Biblioteca Popular General San Martín de la ciudad de Corrientes y presidente de FE.CO.BIP, nos comentó sobre la situación de las bibliotecas populares ante los desafíos del año pasado.
En estos cuatros meses, las bibliotecas permanecieron cerradas. Con la flexibilización de las restricciones, algunas bibliotecas del interior, con autorización de su municipio, abrieron en horario reducido y sin permanencia. Se podían entregar los libros que habían llevado y retirar otros, pero sin quedarse en el lugar. La Biblioteca Escritos Correntinos tuvo que adecuar todos sus talleres de manera virtual.
“Teníamos un montón de proyectos articulados con asociaciones de bibliotecarios, talleres y cursos, que lamentablemente por las circunstancias no los pudimos hacer”, contó.
El reto de la tecnología fue el que más impactó en las bibliotecas. “Todos los años participamos de la Feria Internacional del Libro y viajamos alrededor de 25 y 30 bibliotecas, todas juntas, en un micro que contratamos. Las otras bibliotecas que se les complica viajar con nosotras, van por su cuenta y nos encontramos allá. Este año la forma de compra fue virtual y ese fue un reto muy importante, porque la mayoría de nuestras comisiones están hechas por gente grande, que no está muy amigada con la tecnología”, describió.
Así como hubo desafíos, también gestos que merecen ser destacados. “Esta pandemia consiguió que fuéramos más solidarios con otros. Si una biblioteca tenía un inconveniente y había otra que supiera un poco más, le ayudaba. Así salimos adelante”, celebró.
