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28 marzo, 2024
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Chela celebró sus 101 años en su Concepción del Yaguareté Corá

Pese a que el lunes 28 de mayo cumplirá un año más de vida, sus familiares organizaron una visita a su pueblo natal, donde fue recibida con un típico asado a la estaca. Su receta mágica: todos los días levantarse feliz.

Elida Concepción Cima nació el 28 de mayo de 1917, como su nombre lo indica, su pueblo natal es Concepción del Yaguareté Corá, del cual sólo guarda buenos recuerdos. Este año su familia decidió celebrar sus 101 años de una manera muy especial: llevarla a visitar a familiares y que pueda recorrer aquellos lugares que tanto añora.


De joven pasaba sus días ayudando a sus padres Julio Cima y Sofía Romero, quienes tenían campos y hospedajes en la zona. Después, una vez casada se dedicó a sus hijos, mientras su marido trabajaba. Aún así se convirtió en una excelente bailarina y jugadora de tenis.

De todos sus hermanos, siete en total, es la única que queda de esta prolifera familia.

“Quiero ir a visitar la tumba de mis padres y todos mis hermanos nacidos y criados en Concepción”, dijo a época un día antes de viajar a la localidad distante a más de 180 kilómetros.

Una vez allí, se encontró con un festejo típicamente correntino: un asado a la estaca y una torta con las velas 1, 0 y 1. Por supuesto, los afectos y buenos deseos por una vida próspera, no faltaron.

Sus hijos Elena Petrona, Miguel Ángel y Marta del Carmen junto a sus nietos Ana Camila, Lucía Florencia, Ángel Santiago y Miguel Osvaldo y sus bisnietos Baltasar, Vicente y Catalina quisieron estar presentes en esta ocasión y a su vez cumplir su deseo así, en patota fueron a Concepción para acompañar a “Chela”. Pero esto no es todo, el lunes, fecha de su cumpleaños nace su cuarta bisnieta: Amparo para llenarla aún más de alegría.

  • ACTUALMENTE RESIDE EN EL BARRIO LIBERTAD CON UNA HIJA.

Según narró a época, se casó con un Santiagueño y desde Concepción vino a vivir a la capital correntina. Después de 50 años de casados y, hace 18 años, falleció su marido pero ella siempre lo recuerda. “Viajamos a todos lados juntos”, recordó quien además se reconoce muy solidaria. “El mejor regalo que puedo recibir es que Dios me dé la posibilidad de ayudar a los demás”, dijo.

Su hija menor destacó su fortaleza y servicio. “Pese a tener una vida muy sufrida, siempre fue tenaz, le gusta tejer, la lectura y siempre se levanta alegre”.

Justamente al pedirle el secreto de su buena vida; ya que no toma ningún medicamento y afirma que no le duele nada; la mujer aseveró con una sonrisa de punta a punta: “yo siempre me levanto feliz y nunca pienso en cosas malas”.

A eso hay que sumarle que sólo toma un vasito de vino, de vez en cuando, para brindar y sale a caminar todas las mañanas. “Todavía tengo mucho por dar y ayudar a los demás”, confesó a este medio al hablar de todo lo que tiene por delante.

Fuente: Época

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