Por Guillermina NEGRO. Profesora en Educación Física UNLP (Universidad Nacional de la Plata). Miembro de AGA (Asociación Gerontológica Argentina). Directora/Profesora del Gimnasio para mayores de 50 años de la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina.
A medida que envejecemos disminuye de manera preocupante la proporción de personas que realizan algún tipo de actividad física. Hablamos de sedentarismo, cuando la cantidad de actividad física realizada no alcanza el mínimo necesario para mantener un estado de vida saludable convirtiéndose así en el cuarto factor de riesgo asociado a las enfermedades no transmisibles. El estrés de la vida moderna hace que la mayoría de las personas no tengan tiempo suficiente como para desarrollar algún tipo de actividad física sumado a que con el avance de la tecnología resulta cada vez más fácil y tentador no moverse. Para evitar que esta tendencia desemboque en un indeseable sedentarismo resulta esencial concientizar a la gente de que los hábitos relacionados con una vida activa se consideren a partir de las dos primeras décadas de nuestra vida, de ahí en adelante será preciso poner el énfasis en los adultos jóvenes y los adultos mayores.
La actividad es el secreto de la eterna juventud!
Tengamos presente que el cuerpo humano ha sido diseñado para moverse y requiere por tanto realizar ejercicio físico de forma regular, sistemática y constante para mantenerse totalmente funcional y evitar así las enfermedades que devienen como consecuencia del envejecimiento y la inactividad física. Cabe mencionar entonces que numerosos estudios han dado como resultado que el sedentarismo supone un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, aumenta la proporción de grasa en relación a los tejidos, aunque no necesariamente haya aumentado de peso, esto se debe a la disminución de la masa muscular, acarrea también disfunciones orgánicas: estreñimientos, varices, dolores de espalda debido a la debilidad de los músculos en esa zona, a menudo, el simple hecho de mantener erguida la espalda representa para el sedentario una exigencia mayor de la que los músculos son capaces de soportar, el esqueleto se vuelve mas frágil, débil y se descalcifica progresivamente (lo que deviene en osteoporosis), se vuelve menos resistente a las tensiones, mas frágil a los traumatismos y mas propenso a las enfermedades degenerativas como lo son la artrosis y la artritis reumatoidea. En tanto que se ha comprobado que llevar una vida físicamente activa produce numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos:
1- Disminuye el riesgo de mortalidad debido a enfermedades cardiovasculares (patologías del corazón).
2- Previene y/o retrasa el desarrollo de la hipertensión arterial, disminuye y estabiliza los valores de la misma en las personas que ya la padecen.
3- Mejora el perfil de los lípidos en sangre, reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL (es decir, lo que se conoce comúnmente como el colesterol bueno).
4- Disminuye el riesgo de padecer diabetes como así también ciertos tipos de cáncer como lo son el de colon y el de mamas.
5- Mejora el control del peso corporal.
6- Ayuda a mantener y mejorar la resistencia, la fuerza muscular, el equilibrio, la coordinación, la movilidad articular, la flexibilidad y la elasticidad de nuestro cuerpo incrementando así la capacidad funcional para realizar otras actividades de la vida diaria.
7- Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones por lo que puede ser beneficiosa para las patologías reumatoideas.
8- Mejora la imagen personal (eleva el autoestima) dando como resultado un aumento en el entusiasmo y el optimismo.
9- Ayuda a liberar tensiones y mejorar el manejo del estrés.
10- Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño como así también ayuda a mejorar y combatir los síntomas de la ansiedad y la depresión.
En resumen, una vejez activa combate enfermedades y no es necesario, realizar ejercicios extenuantes para lograr los resultados deseados, basta con ejercitarse durante 30 minutos por día con una intensidad moderada, subir y bajar escaleras, hacer las compras caminando, evitar tomar el autobús o bien trasladarse menos en el auto, hacer trabajos de jardinería, entre otras. Es fundamental tomar conciencia de lo importante que es el movimiento en nuestras vidas, en especial en los mayores; aquellos adultos que se mantienen mental y físicamente activos, socializan y tienen una mayor actitud positiva ante a vida, viven mas años y con mejor calidad de vida que aquellas personas que llevan una vida sedentaria. Tenga presente que su cuerpo es el único lugar en donde tendrá que vivir toda su vida, es mi recomendación que lo cuide y lo quiera mucho ya que nunca nadie hará por Usted. lo que Usted no haga por si mismo. La actividad física es muy buena, siempre y cuando la realice con continuidad, y recuerde: “quien hoy no encuentre tiempo para el ejercicio físico, tarde o temprano encontrara tiempo para la enfermedad”.