Se trata de una propuesta del Estado para actualizar el monto de la jubilación o pensión. Como implica una mejora del haber con un trámite relativamente sencillo, hay un alto grado de adhesión al programa.
A la fecha, la ANSES informa que hay 1.064.485 de casos aceptados de reparación histórica, con una mejora promedio de $6.000. La principal ventaja es la certeza de que el jubilado recibe los montos reajustados, y en general más rápido que si iniciara un juicio. La desventaja es que, en principio, cierra todo reclamo futuro y los montos ofrecidos suelen ser menores que al litigar. Por ende, el jubilado debe evaluar ambos escenarios y tomar una decisión informado. Veamos:
Claves de la reparación histórica
La reparación histórica puede ser aceptada hasta el 31 de agosto tanto por quienes tengan juicio por reajuste de haberes iniciado con o sin sentencia firme, como por quien nunca haya reclamado. Para quien hubiera juicio iniciado antes del 30 de mayo de 2016 y carezca de sentencia firme a dicha fecha, la ANSES les realizará una propuesta que incluya el pago de las diferencias devengadasdesde los 2 años previos a la notificación de la demanda y hasta un máximo de 48 meses de retroactivo.
También puede ser aprovechado por quienes aún no hayan iniciado un reclamo judicial (en tal caso renuncian a un reclamo futuro), que son la mayoría de los adherentes. La diferencia es que para quien tenga el juicio ya iniciado se le paga el 50% del haber reajustado en forma retroactiva y el otro 50% en cuotas trimestrales (iguales, consecutivas y actualizadas por el índice de movilidad) durante 3 años.
Para los casos en los que no haya juicio iniciado con anterioridad al 30 de mayo de 2016, se realizará una propuesta que contemple abonar las diferencias devengadas desde la presentación de la solicitud de ingreso al programa. Es decir, ANSES ofrece como monto retroactivo a quien tenga juicio iniciado (monto de haber retroactivo), que es mayor si tiene sentencia firme. Al resto solo para adelante (monto de haber reajustado).
Para iniciar el trámite, cuando el reajuste es superior a $500, que es la gran mayoría de casos, se inicia por internet y luego, para la suscripción del acuerdo, el titular o su apoderado deberá presentarse con su abogado en una oficina de ANSES con turno. Para consultar si hay o no una propuesta puede verse este link: https://servicioscorp.anses.gob.ar/clavelogon/logon.aspx?system=mianses.
Y como premisa, tener en claro que el ingreso al programa de reparación histórica siempre es optativo, opcional para el jubilado. Los honorarios consisten en una suma fija que paga ANSES (lo que ha generado críticas de los abogados) y es gratuito para el beneficiario sin juicio iniciado.
Cuando el titular no pueda presentarse, el abogado deberá retirar el acuerdo impreso y hacérselo llegar para que lo firme ante escribano o certificación vía Consulado. Ingresar al programa de reparación histórica siempre requiere el patrocinio de un abogado. La mayoría de quienes se adhirieron al programa no inició juicio. Y a mayor edad, mayores son los porcentajes de aumento con la reparación histórica: oscilan entre un 21,8% y un 68,7%.
Ventajas e implicancias de la reparación histórica
La versión oficial indica que la reparación histórica implica una propuesta de actualización de montos de jubilaciones y pensiones que se puede aceptar mediante la firma de un acuerdo.
Lógicamente, el monto a cobrar en caso de juicio puede ser menor, aunque en mucho depende de la fórmula de movilidad que de tanto en tanto determine la jurisprudencia. Por definición, un juicio tiene un resultado incierto, aunque con chances de cobrar más, pero esto también varía en función de la ley de movilidad y la interpretación de la jurisprudencia que es oscilante.
A diferencia de ello, la reparación histórica ofrece montos que suelen ser menores pero con la certeza de un acuerdo que una vez homologado tiene fuerza de sentencia.
Quien no quiere seguir esperando acepta la reparación histórica. En contraposición, quien quiere arriesgar a cobrar más pero en un plazo diferido, inicia el juicio previa evaluación de las chances.
Para el Estado, ha implicado una reducción en la litigiosidad previsional, en particular los juicios por haberes iniciales que han experimentado una baja significativa. Por ejemplo: la cantidad de reclamos administrativos, paso ineludible para cualquier presentación judicial en todo el país, se ha reducido en alrededor de un 40% en el período 2016 a 2018.
Críticas y desventajas de la reparación histórica
En general, y si bien varía en cada caso, los montos a cobrar pueden ser mayores en un juicio que, además, se perciben en un pago, o al menos al año siguiente cuando el congreso los presupueste. Igual que en un reclamo por daños y perjuicios, una posible solución es terminar antes el juicio con un acuerdo, pero a cambio de cobrar menos, de la misma manera que se cierra el reclamo por daños y perjuicios ante una aseguradora, en derecho se conoce técnicamente como ”transacción”.
Por ende, al aceptar la reparación histórica, como mínimo, el jubilado debe saber que la propuesta del Estado en la que se le actualiza el haber inicial y la movilidad jubilatoria suele ser por un montosustancialmente menor al que le correspondería de iniciar o terminar el litigio. En otras palabras, por ser la reparación histórica una propuesta para terminar el juicio en forma anticipada sobre la base de parámetros que computa la ANSES, suele ser mucho menor de lo que esperase si termina la finalización del juicio.
En ciertos casos, incluso, algunos jueces rechazaron la homologación porque implicaba una quita sustancial mayor al 100% de lo que correspondería al jubilado. Esto también ha ocurrido cuando el jubilado tenía sentencia firme y, por ende, muchas mejores chances de cobro de su acreencia, pero igual aceptaba la reparación histórica.
Quien no quiere seguir esperando acepta la reparación histórica. En contraposición, quien quiere arriesgar a cobrar más pero en un plazo diferido, inicia el juicio previa evaluación de las chances. Además, el jubilado desiste de iniciar o finaliza todo juicio previsional. Por eso, si bien aceptar la propuesta es relativamente sencillo y el Estado indirectamente lo promueve, antes de aceptarla, es fundamental que el o la jubilada tenga la información necesaria sobre la mesa y compare ambos escenarios.
Para esto y con ayuda de un profesional debe revisar ambas propuestas, chances y evaluar los montos en juego, es decir, tomar una decisión pero con pleno conocimiento de sus implicancias y otras posibles alternativas. Finalmente, la reparación histórica debe homologarse judicialmente y esto puede implicar como mínimo unos meses de demora, asumiendo de que se apruebe.
Al aceptar el acuerdo, ANSES da un pago anticipado para captar adhesión al programa y luego, si no se ratifica, se lo descuentan de la liquidación. Pero hay jueces que consideraron que el pago de la reparación histórica debe ser tomado a cuenta de lo que eventualmente le corresponda. Una vez homologado judicialmente, paso que hasta ahora concretaron más de 800 mil jubilados, el acuerdo transaccional tendrá efecto de cosa juzgada, dándose por concluido el proceso judicial.
Es decir, una vez que el juez homologa el convenio con la ANSES, se cierra todo reclamo hacia atrás.Algunos argumentan que hacia adelante se podría plantear la inconstitucionalidad, aunque las chances son bajas.
Conclusiones
– La reparación histórica es una suerte de transacción que reduce la incertidumbre, pero a cambio se resignan montos a cobrar.
– Siempre es importante hacer un cálculo o liquidación adecuada, para tomar la decisión con lainformación y datos sobre la mesa.
– La idea es primero comparar el ofrecimiento de la reparación histórica con lo que correspondería según chances razonables de terminar el juicio.