En el marco de esta fecha que se conmemora cada 1 de octubre, la Dra. Isolina Dabove, sostuvo que “se trata de un día de celebración en el que tenemos la oportunidad de pensar acerca de las condiciones de vida en las cuales envejecemos o bien en las que viven las personas que ya tienen más de 60 años”.
La investigadora principal del Conicet, directora de la maestría en Derecho de la Vejez de la Universidad Nacional de Córdoba, en la Facultad de Derecho y actual miembro del Concejo Directivo de GAROP, comentó a Vivir Plenamente que “este reconocimiento es muy importante, primero porque fue sostenido, constituido por Naciones Unidas en el año 1991 y desde entonces en cada país se fue tomando la bandera de hacer visible el respeto por las personas mayores”.
Al ser consultada sobre lo que ha implicado la instauración de esta fecha, la especialista destacó que “hemos dados pasos positivos en relación a la necesidad de tomar conciencia sobre las condiciones desigualitarias en las que viven muchas personas mayores. También ha servido para tomar conciencia en torno a una cultura viejista que implementa mecanismos que angostan las oportunidades para desarrollar una vida de calidad cuando accedemos a la vejez”.
“En 30 años hemos logrados muchas cosas” remarcó Dabove y en ese sentido destacó la aplicación del “Tratado Interamericano que está directamente referido a las personas mayores y que ha generado que hoy 9 países de nuestro continente hayan adherido e incorporado el contenido de esta convención a su derecho interno, entre ellos Argentina”.
También subrayó la importancia del espacio que abrió las Naciones Unidas y que ha sido aprovechado para actualmente plantear la necesidad de contar con una Convención Universal, así como los cargos que permiten auditar el reconocimiento y el grado de respeto de los derechos de las personas mayores en todos los Estados que componen Naciones Unidas.
Además, la Organización Mundial de la Salud declaró al decenio 2020 – 2030, como la Década del Envejecimiento Activo y Saludable. “Todas estas medidas son de alto impacto en la vida cotidiana pero también inciden en el desarrollo de políticas públicas y en los temas que los medios de comunicación también comenzaron a hacer visibles”, agregó.
Respecto a la incorporación de estos tratados en el país, Isolina precisó que esto “obliga a los jueces a aplicar sus estándares y permite que desde la jurisprudencia se vaya desarrollando criterios normativos nuevos o bien que realicen ajustes legislativos razonables al conflicto”.
Por otro lado, explicó que lo malo es que “todavía falta mucha capacitación y discusión, en la sociedad. Sobre todo, entre los jóvenes, respecto al contenido de este tratado, hace falta adaptar al plan de estudio, de las escuelas primarias, secundarias y en los planes universitarios para dar lugar al reconocimiento de estos derechos.
“Es mucho lo que hay que hacer en ese sentido, pero me parece que el escenario es esperanzador”, enfatizó.
Es importante señalar además que se trabaja fuertemente en que la Convención Interamericana de las Personas mayores forme parte del conjunto de Tratados que tiene jerarquía constitucional, lo que implicará un refuerzo jurídico en pos de los derechos de las personas mayores.
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