La Dra. Alicia Domínguez de Bareiro, oftalmóloga de consulta de Vivir Plenamente, habló sobre los cuidados que hay que tener en el comienzo de las vacaciones de verano, con las colonias para niños y los espacios de esparcimiento acuático para Adultos Mayores, que proponen desde la Provincia, el Municipio, el PAMI y los clubes de abuelos y centros de jubilados.
En primer lugar, se refirió a la presencia de cloro en las piscinas, reconociendo que algunas tienen demasiado de este producto químico, lo que afecta a la vista. Explicó que produce daños en la córnea y las conjuntivas, “que son la parte de delante de los ojos” y destacó que “el cloro es muy importante para protegernos de infecciones porque elimina impurezas, pero para los ojos, lo recomendable es el uso de la anti-parras, sobre todo en los chicos”.
Otro tema característico del verano, es el sol, el viento, el polvo y otros elementos presentes, que provocan irritación y escozor en las capas externas del ojo. Hizo referencia a la Conjuntivitis, “que es inflamación de la conjuntiva y puede deberse a muchas causas”. Entre ellas, hizo alusión a afecciones alérgicas, bacterianas virósicas y para todos los casos hay un tratamiento específico, por eso es muy importante el diagnóstico previo”.
La especialista ratificó que “en este caso del verano, la única protección para los ojos son las gafas de sol”, pero aclaró que se deben utilizar las que se venden en ópticas autorizadas, para exigir la garantía de protección de rayos ultravioleta. Habló del “peligro que implica usar anteojos truchos porque la pupila, que es el círculo negrito, que está en el centro del ojo, se contrae con mucha luz y se dilata en la oscuridad”.
Expuso que “con el anteojo de sol, que es oscuro, la pupila se dilata y si es trucho, deja pasar libremente los rayos UV, que perjudican la retina, la mácula y el nervio óptico, trayendo varios problemas de visión”. Recomendó, entonces, “comprar en un lugar autorizado y consultar al médico ante cada caso”.
