”Día Nacional de la Conciencia Ambiental”, esto se estableció en 1995, para conmemoración la tragedia ocurrida el 27 de septiembre de 1993 en Avellaneda cuando siete personas murieron envenenadas por gas cianhídrico, un tóxico formado por la unión de sulfuros y cianuro. Fue necesaria una tragedia para que a nivel nacional se implementarán programas en las escuelas destinadas visualizar el impacto que tiene nuestro accionar cotidiano en el medio ambiente. Hoy vivimos con desazón los incendios, debido a la irresponsabilidad de unos pocos, pero si es responsabilidad de todos poder evitarlo y/o advertir lo que está sucediendo y denunciarlos al #911.
Para evitar futuras tragedias se sancionó la Ley 24.605, en su artículo 2° establece: “A partir de la vigencia de la presente ley, todos los años en dicha fecha se recordará, en los establecimientos educativos primarios y secundarios, los derechos y deberes relacionados con el ambiente mencionados en la Constitución Nacional”.
¿Qué es la conciencia ambiental?
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la “conciencia ambiental es una filosofía de vida que se preocupa por el medioambiente y lo protege con el fin de conservarlo y de garantizar su equilibrio presente y futuro”.
Es importante ser consciente de que uno de los aspectos que más deteriora la naturaleza somos nosotros los humanos. Por eso, la educación ambiental constituye un pilar fundamental, las comunidades y los Estados debemos asumir un mayor compromiso ambiental, que nos permita revertir o al menos parar con el daño ambiental.
Consecuencias de la falta de conciencia ambiental
Algunos ejemplos de los daños que la actividad humana, la nuestra, la cotidiana, genera sobre el medioambiente:
La deforestación.
La contaminación del aire.
La contaminación del agua.
El calentamiento global.
Así, la educación ambiental y la conciencia ambiental nos ayudan a darnos cuenta de que cada acción que realizamos en nuestra vida cotidiana tiene una repercusión en el medioambiente. El medio de transporte que utilizamos para ir a trabajar, el uso de bolsas de plástico, el tipo de energía que consumimos, todo influye.
¿Sabias que una pila de mercurio puede contaminar 600 mil litros de agua, una alcalina contamina 167 mil litros de agua, mientras una de óxido de plata, 14 mil litros?
Una bolsa de plástico, de esas que suelen ofrecer en tiendas y supermercados, tarda unos 150 años en degradarse, mientras que una botella de plástico (PET) puede llegar a tardar hasta 1.000 años.
Es por eso que los invitamos a sumarse a las diversas iniciativas para aportar nuestro granito de arena, por ejemplo: Corriente verde es un voluntariado ambiental que impulsamos desde la Coalición Cívica ARI Corrientes, con iniciativas como “RecoPILA” y “Botellas de Amor” que ya cuentan con el acompañamiento de cientos de vecinos y en Resistencia la encomiable tarea llevada adelante por el Arquitecto Carlos Alabe, titular de la Fundación Ciudad Limpia con el Programa de Reciclado que permanentemente reciben papeles, botellas y demás elementos para materiales par reciclaje en la Casa Garrahan Chaco, por nombrar algunas. Los invitamos especialmente a las personas mayores a sumarse a estas iniciativas o a las que prefieran, pero empecemos a intervenir para cambiar la realidad.
Aprovechamos la ocasión para renovar nuestro compromiso para retomar en el 2021, nuestro programa Legado de Vida, que consisten en que una persona mayor plante un árbol junto a un niños y ambos sean los responsable de su cuidado y preservación. Es una idea que queremos que se extienda en toda la provincia. Ya lo implementamos el año pasado en el Barrio Laguna Seca.
El cambio climático es una realidad, al igual quema de pastizales que genera innumerables daños, esto debe ser una preocupación de todos los ciudadanos, despertando conciencia y haciéndonos reflexionar sobre la necesidad de actuar en consecuencia.
Nuestra acción marca la diferencia, pensemos que mundo queremos dejar a nuestros hijos y nietos.
