[dropcap]L[/dropcap]os libros “Y otra vez, y otra vez” (E outra volta mais) y “Doce pescadores” (Marri epu nug challhuafe) pertenecen a la colección “Comunidades” y tienen como objetivo el acercar a los chicos a relatos tradicionales de esos pueblos.
“En 2010 se planteó la idea de libros bilingües pero no necesariamente porque uno tiene que tener esa segunda lengua, ni para el aprendizaje, sino para ponerle cuerpo a la otra cultura”, comenta Valeria Sorín, directora de la editorial La Bohemia en conversación con Télam.
“Las aulas de hoy son multiculturales, por eso pensamos esta colección para que los hijos de inmigrantes y los niños migrantes puedan integrarse de una manera distinta; ya sea conociendo la historia y contando su versión, como también leyendo esa ‘lengua extraña’ para otros”, sostiene Sorín.
“Y otra vez…”, la historia de Galicia, se centra en un ‘Trasno’, un ser mitológico que hace bromas pesadas a los habitantes de la casa donde elige vivir. Un día se cruza en el camino con una ‘Meiga’ -una bruja malvada- que amenaza con llevarse y ahogar a una de las niñas de la familia donde el Trasno vive. La lucha entre ambos seres tiene un final inesperado donde se mezclan números, canciones, sueños y pesadillas narradas por la escritora uruguaya Durini e ilustraciones de Josefina Wolf, profesora de Bellas Artes de la escuela Prilidiano Pueyrredón.
En tanto “Doce pescadores” habla sobre la leyenda de Pincoya, la hija del rey del mar y una mujer mapuche que nació como cachorro humano, pero por la mirada de su abuela se convirtió en agua, entonces su mamá la llevó al mar y allí tomó forma de mujer.
Esta leyenda la reavivó el escritor Franco Vaccarini, reconocido por Alija, Barco de Vapor y el Fondo Nacional de las Artes, e ilustrado por diseñadora gráfica Vanina Starkoff, quien tiene trabajos hechos en la Argentina, Brasil, España y Corea.
Esta colección comenzó tímidamente con el título “Por una noche” (Español-Aymará), luego continuó con “Alacrán para armar” (Español-Zapoteca); “La invitación (Español-Chino mandarín); “Te quiero más que a la sal” (Español-Armenio) y “Cabeza hueva, cabeza seca” (Español-Tupí).
Sorín explica que la concepción de estas obras comienza con la elección del pueblo y ver qué contar sobre él. “Más que un mito de origen nos interesa la historia o un personaje ‘superpunchero’, provocador, divertido que proponga algo”, luego elegimos al escritor y al ilustrador bajo la consigna “confía y largate”.
“Cuando estábamos preparando las ediciones de este año (Galicia y Chile) nos dimos cuenta que éste año se festeja el Bicentenario de la Independencia y por un momento dudamos si sacar estos dos países juntos. No queríamos generar esos cruces”, admite la editora.
“Nos dimos cuenta que no estaba mal porque contamos Galicia, no España. En Galicia hay una unión de diferentes pueblos, además su presencia es muy fuerte en la Argentina “, asegura.
Por otra parte, Sorín relata que “Doce pescadores” viene de la comunidad mapuche, en la Patagonia: “quisimos rescatar que ellos no perciben a la cordillera como un límite, no diferencian entre chilenos y argentinos, sino que esas montañas son parte de su paisaje”.
Los libros de la colección Comunidades están impresos a dos colores, y eso tiene una explicación. “Se trata de reflejar los dos pueblos, las dos lenguas”, detalla Sorín. “El negro es el hilo conductor de la historia y siempre buscamos un color que esté muy presente en la cultura que tratamos”.
“En el caso de Galicia es verde porque los celtas tienen una identidad muy fuerte con ese color; en cambio con los mapuches usamos el azul no sólo por que es una historia ligada al agua sino porque para ellos es un color sagrado”, asegura la escritora.
Sorín, editora recibida en la Universidad de Buenos Aires, y directora también de la revista Cultura LIJ (Literatura Infantil y Juvenil) cuenta que la idea también “es proponer que los docentes interactúen con los textos en las aulas”.
“La idea de estos cuentos es que puedan ser utilizados en las aulas, invitar a algún abuelo que lea en su idioma y cuando esas palabras se tornan música en los oídos de los chicos, todo se transforma”.
“Los libros se transforman en herramientas que sirven para acercar y entender que no todos somos iguales, que en otro lugres también hay aventuras que pueden ser interesantes y súperdivertidas”, finaliza Sorín.