(del Espíritu Santo vía Graciela Crucci)
Entrega N° V
Me hundí en el silencio
Señor, para encontrarte,
Callé preocupaciones
y también ansiedades.
Apagué mis imágenes,
silencié mis temores
y perdí la conciencia
musitando perdones.
Y de pronto allí estabas
Con una plenitud significante.
Y no hubo palabras
Solo mi alma exultante,
arrobada y esclava,
entregada y ansiosa,
contemplando en silencio
TU PRESENCIA PRECIOSA.