El Dr. Eugenio Semino es Defensor de la Tercera Edad de la Provincia de Buenos Aires y habló sobre la canasta básica para los jubilados, que tienen que contrastar los gastos necesarios para vivir con un salario que en la mayoría de los casos apenas supera los 8 mil pesos. Recordó que “en una década de mediciones, pudimos ver que el salario de los jubilados nunca alcanzó a cubrir más del 40 por ciento de las necesidades básicas”.
Semino recordó que “en la década que llevamos midiendo el gasto, nunca los jubilados que cobran la mínima pudieron cubrir más de un 40 por ciento de las necesidades básicas, además de que estamos ante un problema de gran dimensión social, que alcanza a más de 7 millones de argentinos”. Señaló además que otro de los inconvenientes es que “se ha naturalizado que el jubilado tiene que ser pobre”.
Explicó por un lado que los alimentos hiposódicos e hipocalóricos, son los que más aumentan y están fuera del Programa de Precios Cuidados, “porque en Argentina se los relaciona con la silueta y no con patologías crónicas como la diabetes o hipertensión”. Agregó que hay muchos medicamentos que quienes arman la canasta básica suponen que los adultos mayores no usan, pero son muy costosos, como por ejemplo los de la diabetes y algunos que tienen que ver con protección del sistema gástrico.
“En Argentina está naturalizado que el jubilado tiene que ser pobre”, dijo Semino.
También aludió a los protectores para incontinencia urinaria no patológica, que aumentaron 25 por ciento y “usarlos implica un gasto diario de alrededor de 50 pesos, que no puede pagarlo quien gana 8 mil”. En este sentido, indicó que la canasta básica para los jubilados llegaría a subir alrededor del 30 por ciento, mientras que el cálculo de movilidad jubilatoria no acumularía en 2018 más de un 26 o 27 por ciento.
Explicó que “hay un comportamiento patológico de los dirigentes y la sociedad porque sabemos que con 8 mil pesos, en Argentina no se puede vivir y en eso estamos de acuerdo con cualquier dirigente de cualquier partido. Sin embargo, hay 7 millones de personas que tienen que sobrevivir con eso o menos”.
Indicó que “hay posibilidades de resolver esto, pero no quepa duda de que los jubilados vivan muy mal es un gran negocio para los laboratorios, ya que se regeneran las enfermedades y estas empresas alimentan las campañas de todos los partidos políticos”. Recalcó que “el sistema previsional tiene un fondo de garantías, que no es del Estado, sino que es plata de los trabajadores y jubilados, pero lo usan para créditos de baja tasa a empresarios”. “Esa plata hay que ponerla en el único lugar seguro, que es el bolsillo del jubilado, que consume en el mercado interno y genera trabajo y mejora de los impuestos”, cerró.
