Seguimos trabando durante todo el mes de octubre el orgullo de ser mayor, pensaba esta semana cuantas razones tenemos para sentirnos conforme de ir cumpliendo años y envejeciendo, lo que uno va aprendiendo a lo largo del curso de la vida.
El valor de darle importancia al tiempo como verdaderamente valioso, a relativizar las cosas que no tienen sentido, a no pelear y discutir por cuestiones que no tienen importancia. Valorar un café o un mate compartido con amigos, que toma una dimensión mucho más vital que en otra etapa de la vida.
El interesarnos por el bienestar de los demás y no sólo por el nuestro, destinar nuestro tiempo a colaborar con entidades de bien público, la iglesia, una fundación, una cooperadora, un merendero, para dar algunos ejemplos, que cuando enumero estas actividades me vienen a la mente el nombre de tantas persona amigas que hacen esto y se sienten muy felices de hacerlo.
El haber aprendido a valor la soledad, el estar con uno mismo y disfrutar de esas cosas que nos gustan hacer sin aturdirnos con los noticieros que nos atormentan. Leer un libro, escuchar música, tejer que para muchos representa un recurso económico extra, hacer cualquier cosa que nos de placer.
Charlar con las mascotas de la casa, aunque se rúan acá somos del clan que habla con sus animales y ellos nos entienden perfectamente y eso se aprende también a disfrutar con el tiempo.
Disfrutar de nuestras plantar el placer y serenidad que da regarlas, atender una pequeña huerta en unas masetas, cocinar al rico. Aprovechar para estudiar. Disfrutar de nuestro tiempo, el aquí y ahora sin la prisa de la época laboral.
Planear un viaje, visitar a esa amiga o familiar que hace tanto años no vemos, el recuentro, el tratar de disfrutar de las péquelas cosas y los afectos, que nos dan placer y nos ayudan a vivir plenamente.
”Jubilaciones, darwinismo etario y extinción” por el Dr Eugenio Semino