Como el ser humano, por una cuestión evolutiva, necesita certezas y seguridades, una de las cosas que más nos duele aceptar son los cambios que vienen con las crisis.
Tenemos dos caminos para transitar las crisis que son parte de la naturaleza:
1. Victimizarte, quejarte, enojarte, temer, resistirte, estresarte o bloquearte.
O también:
1. Vivirlas con positividad y responsabilidad.
2. Focalizarlos hechos que traen nuevas oportunidades y logros.
3. Centrarte en soluciones y no en los problemas.
4. Encontrar lo nuevo, el aprendizaje.
5. Descubrir fortalezas y talentos antes desconocidos.
6. Resignificar el sentido de tu vida.
Analogía con las crisis:
Hoy, la sociedad argentina está atravesada por una profunda crisis; que, para mí, es una maravillosa oportunidad.
Observo mi país con su gente como si fuera una tierra arada, toda removida y dada vuelta; pudiendo esto ser causa de miedo, confusión y duda; su forma original, a la que estábamos acostumbrados, se desfiguró totalmente.
De todo esto, se podría concluir o interpretar que:
Percibir un país y habitantes en caos; pero siguiendo con la analogía de la crisis y la tierra; esta tierra desordenada y desorganizada en la que resulta difícil caminar sobre ella, por su fisionomía con desparejos y desiguales surcos. A mi modo de ver:
“Está siendo preparada para una siembra con semillas poderosas de esperanza y cambios; donde todos cosecharemos frutos con nuevas estructuras y nuevos modos, políticas con transformaciones positivas, creencias saludables y paradigmas que beneficien a todos respondiendo y satisfaciendo las necesidades de nuestro ser argentino”.
Esta tierra arada, me huele a Patria Nueva. La siembra está siendo realizada por todos. Habrá cosecha para todos; trabajemos en equipo mancomunadamente cooperando desde el ganar-ganar.
Debemos recordar que no todas las semillas crecen al mismo tiempo y de la misma manera. Cada semilla necesita su viento, su sol, su agua etc. Siempre están las vitaminas, porque la vida asiste y es abundancia.
La madre amorosa Pachamama, dispuesta nos recibe y cobija, da el visto bueno a sus hijos (semillas) para que saquemos a la luz talentos, capacidades, virtudes, valores, y que enraicemos propósitos con sentido que traerán vida en abundancia.
Teniendo presente que cada fruto crece y se cosecha a su tiempo, a su modo, la naturaleza así lo dispuso.
¿Por qué ir contra esta sabiduría y pretender cambiarla?
Es necesario:
1. Confiar.
2. Recuperar la esperanza.
3. El ánimo.
4. La unidad.
5. Comprender que es necesaria la diversidad.
6. Tender puentes construyendo desde las diferencias.
7. Nos necesitamos mutuamente, porque todos somos uno.
8. Recuperar la mirada sistémica del Sentirnos uno con “la PATRIA”.
9. Ser como las plantas, como los árboles cuyas raíces tejen redes bajo la tierra, todas conectadas, se ayudan y asisten, pasándose los nutrientes y agua a la planta que lo necesita.
Estamos dotados de inteligencia, sabiduría para crear, construir oportunidades frente a la realidad que se lee como negativa. El vivir divididos y enfrentados, mata.
Ya el científico Albert Einstein nos dejó reflexiones sobre La Crisis, definiéndola como una gran “Bendición” que les sucede a las personas, organizaciones o países. Él afirma que las crisis traen progresos, nuevas estrategias y descubrimientos, mejores maneras y paradigmas; sugiere evitar vivir la crisis con angustia.
La Angustia es un miedo inespecífico que nos lleva a necesitar defendernos, protegernos de amenazas imaginarias, reales, o sobredimensionadas, sentimos impotencia y desesperanza.
Hay cambios muy importantes por la angustia, estudiados, medidos y fotografiados, con resonancia funcional magnética.
Los cambios son los siguientes:
La región anterior del cerebro -prefrontal-, que interviene en:
1) Los procesos de análisis.
2) En la toma de decisiones.
3) En el aprendizaje.
4) En la creatividad.
Recibe menos sangre y como consecuencia de eso, al retirarse la sangre de las áreas más periféricas del córtex cerebral a zonas más profundas; las neuronas responsables de encontrar una salida en medio del desafío, funcionan peor:
1) Pensando con menos claridad y viendo menos alternativas.
2) Tomando peores decisiones.
3) Aprendiendo más lentamente.
4) Siendo menos creativos.
Este proceso se llama neuroplasticidad.
Caer en conversaciones “disfuncionales” hace que suban en el cerebro los niveles de glutamato y los niveles en sangre de cortisol y este efecto combinado:
1) Dificulta.
2) Impide.
3) Bloquea; la formación de nuevas conexiones neuronales.
4) Evitando que células madre fuera de las cavidades cerebrales vayan a los Hipocampos -centro de la memoria y el aprendizaje- y se conviertan en nuevas neuronas.
Es importante darse cuenta cómo la actitud negativa tiene un impacto desfavorable en lo físico, volviéndonos:
1) Irritables.
2) Violentos.
3) Agresivos.
4) Desesperanzados.
Y todo esto es consecuencia de dejarnos envolver en un pesimismo generalizado.
“Todo ser humano es escultor de su propio cerebro”.
No es una negación o huida de la realidad, sino que es pensar resaltando que todo está mal.
1) ¡Hay cosas que si están bien!
2) ¡Hay cosas que funcionan bien!
3) ¡Hay cosas buenas y que podrían ser mejores!
4) ¡Hay cosas que necesitan de todos nosotros y no de unos pocos!
Es saludable dejar:
1. Agresiones.
2. De culpar a otros por las crisis. Todos somos protagonistas, responsables en la parte que nos toca.
3. De hacer balances reduccionistas y negativos.
Es saludable:
1. Mirar en perspectiva las posibilidades, las soluciones, para obtener frutos abundantes.
2. Tratar con amor, respeto, inclusión.
3. Ser generosos y nutritivos.
4. Tender puentes.
Capitalicemos las crisis con actitud positiva.
Busquemos oportunidades que beneficien a todos.
Todos somos “Argentina”.
(*) tonagalvaliz@hotmail.com