¿Cómo están?, bienvenidos ustedes y bienvenido agosto, los recibimos con tres tragos de caña con ruda para correr las pestes, los malos espíritus, y vaya que necesitamos correr las pestes en este tiempo.
Hoy quiero hablar de la soledad de las personas mayores y las personas con discapacidad, de la necesidad que tienen de sentirse escuchados y acompañadas. Esta semana me llamó una señora muy mayor, que vive sola, me comentaba de lo mucho que añora hablar con alguien y también tomé contacto con un padre y su hija con discapacidad, que llevan un año y cinco meses encerrados en su casa por prevención, ellos deben acudir a sus amigos para que les hagan las compras, tramites, etc.
Y lo curioso es que cuando pregunte por ellos, en un caso a los vecinos y en el otro al portero, nadie los conocía. Y es acá donde quiero detenerme, cuándo dejamos de conocer al que vive al lado, cuando un portero dejó de saber quién vive en el edificio, en cada departamento. ¿Cuándo nos encerramos en nuestra burbuja y dejamos de ver?
¿Qué nos pasa, qué necesitamos para cambiar, para empezar a mirar y ver más a nuestro alrededor y comprometernos con el presente que nos toca vivir?. Hay cientos de cosas que podemos hacer nosotros para que este mundo sea mejor.
Hace poco entrevistamos a Ruth Heymann Directora de Comunicación de la Fundación Tzedaká que tienen como misión “Proteger a los miembros más necesitados de la comunidad apoyando, promoviendo y desarrollando iniciativas sociales y educativas”. Ella nos contaba que llevan 30 años trabajando para acompañar a las personas a mejorar sus condiciones de vida y ese espíritu que moviliza a los integrantes de esta fundación, como tantas otras que hemos entrevistado, es lo que debemos recuperar como sociedad.
Como les decía el domingo pasado yo creo profundamente en la humanidad, porque no todos son indiferentes, pero debemos lograr contagiar esta necesidad de ver y comprometernos para que no existan personas mayores o personas con discapacidad que sean “invisibles ante los ojos de sus vecinos”
Bienvenidos a ”Vivir Plenamente”.
