[dropcap]C[/dropcap]on la primera estrella, la comunidad judía empieza a celebrar el año 5777 del calendario hebreo, festividad que se extenderá hasta el martes y convoca a las familias a reunirse para revisar los orígenes y los propios actos.
En la mesa de amigos y familiares no faltarán el pan, el vino, la luz, la cabeza de pescado y la manzanas con miel, además de los knishes, falafel, bohíos de verdura, pleztalej con pastrón, entre otras comidas típicas, que pueden variar según el origen ashkenaz (alemán) o sefardí.
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🔹 ¡Shana Tova! Que este nuevo año llegue con sueños por cumplir juntos 🇦🇷🍎 pic.twitter.com/bIBmx5bSaW
— Israel en Argentina (@IsraelArgentina) 30 de septiembre de 2016
La luz de las dos velas que coronan todas las festividades “hablan de que la santidad de este tiempo está muy lejos de la oscuridad; y el vino, está asociado a la alegría que es propia de la santidad. La manzana, fruto de la naturaleza, y la miel, surgida del trabajo de las abejas, nos dan ambas la dulzura que nos hace falta para la vida”, contó a Télam la rabina de la comunidad Bet-El, Silvina Chemen.
El nuevo año judío tiene cuatro acepciones: Rosh Hashaná, que refiere al día de la creación; Iom Ha Din, que se basa en la idea teológica de que mujeres y varones son juzgados por sus acciones; Iom Ha Zikarón, que remite al recuerdo del propio ser y Iom Truá, que alude al despertar de la apatía para asumir las propias elecciones.
“Rosh Hashaná es la oportunidad para un balance del alma y una evaluación de la existencia, junto al Iom Kipur, Día del Perdón, que se celebra diez días después”, dijo por su parte Darío Feiguin, rabino de la comunidad Bet Hilel.
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¡Feliz #RoshHashanah a toda la colectividad judía! Que tengan un muy feliz año nuevo #ShanáTová pic.twitter.com/GwR8G4IUTI
— Daniel Scioli (@danielscioli) 2 de octubre de 2016