Queridos amigos/as!, qué gusto poder estar nuevamente con ustedes, aquí a través de la 100.5 radio sudamericana. Les recuerdo nuestra vía de comunicación para que nos dejen sus mensajes, reclamos y sugerencias al celular 374-740543.
Estamos en medio de la cuarentena celebrando la semana de mayo, mañana de manera virtual por primera vez en la historia participaremos de actos 25 de mayo, el día de la revolución, fecha consagrada como nuestro primer grito de libertad.
Y me quedo con la palabra revolución y su re significación en estos tiempos, los cambios políticos y sociales se van gestando con el tiempo, se van macerando, hasta que toman fuerza y eclosionan generando cambios. Observando lo que pasa con las personas mayores en el mundo y especialmente en argentina, vemos que estamos también frente a una revolución de los viejos, en Francia le han llamado la revolución de las canas.
Las personas mayores ya no son las de antes que se quedan, apacibles frente a sus televisores obedientes a los mandatos de los hijos o el mismo Estado, que se auto designaban tuteladores de esa persona ahora vulnerable casi unos niños, que por su edad avanzada no puede tomar sus propias decisiones.
Las cosas están cambiando, los viejos se están revelando en el mundo entero, en buena hora que así sea, porque no se pueden sancionar leyes y adherirse a Convenciones Internacionales como sucede en Argentina y luego desconocer los principios fundamentales que ellas sostienen como ser el derecho a la salud y a la seguridad social.
Tristemente esta semana el AnSes anunció un aumento del 6,12% para los jubilados y pensionados nacionales, los que significará a partir de junio incremento de menos de mil pesos en el haber de los que ganan la mínima pasarán de $15.891,49 a $16.864. Es una pena que la administración del Dr. Alberto Fernández, haya tomado esta decisión; un presidente que en su campaña prometió no solo llenar la heladera de todos los argentinos, sino que además dijo que aumentaría ni bien asumía un 20% las jubilaciones mínimas porque entendía era una cuestión de justicia social. Pero esto no fue así, muy por el contrario, se congelo por seis meses la Ley de Movilidad Jubilatoria (que también era injusta vale decirlo) pero al menos hoy les permitiría a los jubilados ganar unos mangos más…
Pero más allá de la triste decisión del Pte. Fernández, es el hecho que la sociedad no sale a defender a sus padres y abuelos, somos una sociedad extraña por un lado declamamos con los #AbuelosNo y por el otro dejamos que se vulneren sus derechos.
Los otros días lo escuche al Dr. Eugenio Semino decir, algo muy cierto «la situación de excepción que genera la pandemia devela la hipocresía. Es como correr un telón mostrando la dicotomía entre lo discursivo y los actos». Y esto le cabe especialmente a la clase dirigente argentina, desde el Presidente hasta el último de los representantes sindicales.
Los aumentos dados en los últimos 12 años no alcanzan a cubrir la canasta de básica de alimentos, ese es el punto central de discusión, ese es el debate que debemos sostener. Todas las formulas aplicadas por las ultimas administraciones no hicieron otra cosa más que volver más pobres a los jubilados. La política no ha sabido hasta ahora dar respuesta digna a una situación acuciante de más seis millones de argentinos, porque no sólo hablamos de jubilados, sino que también están incluidas la personas con discapacidad con sus pensiones no contributivas, de las cuales muy poco hacemos mención.
La defensoría de la Tercera Edad, remarca entre cosas que, a las personas mayores no se les da ni plata ni tranquilidad, porque hace más de dos meses se vienen solicitando el testeo en los geriátricos.
Es por todo esto queridos amigos/as, que los invito a que acompañemos a nuestros “padres y abuelos, tíos, amigos y vecinos en su revolución, en defensa de sus derechos”, por una jubilación que les permita vivir con dignidad.
Bienvenidos a Vivir Plenamente.
