Oriunda de Empedrado, Pabla Flores es una de las personas más longevas de la provincia. Actualmente se encuentra envuelta en un conflicto que involucra a sus cuatro hijos, quienes pelean por su custodia.
En diálogo con Vivir Plenamente, Juan Carlos, uno de los hermanos en conflicto, expuso la situación precaria en la que vivía la mujer de 114 años, quien requiere de cuidados médicos y controles diarios para tener una buena calidad de vida.
Juan Carlos contó que, en el año 2020, trajo a su madre a vivir con él por la situación epidemiológica del Coronavirus. Sin embargo, bajo el fundamento del desarraigo y la tristeza que podría sufrir la mujer, sus hermanos se la llevaron nuevamente a su casa en Empedrado.
A raíz de esta situación, comentó que “allá estuvo un mes bien y después la abandonaron. Desde ahí luché para que vuelva. Fui a la Defensoría de los Abuelos, hice dos viajes y me decían que por asuntos de la pandemia no podían ir”, relató.
Agregó que también recurrió a un profesional “que dijo que lo investigaron y que estaba todo bien, pero era mentira. Hicieron todo un arreglo allá. Pabla estaba totalmente abandonada”.
“Luché para que corroborarán los hechos porque no tenían nada. Un bañito sucio, la casa desprolija. Le trajeron cuando hice todas las gestiones, pensaron que le iban a investigar y la tenían de casa en casa. Ella misma contaba que sufría”.
Juan Carlos manifestó además que, si no fuera por los vecinos de la zona, ella se encontraría “a la deriva”, más aún si se compara con los cuidados que recibía en la casa de Juan Pablo, donde contaba con atención domiciliaria, controles médicos una vez a la semana, kinesióloga y una cuidadora personal.
Relató que en agosto de este año su madre fue derivada al hospital de Campaña “Hogar Escuela” tras haber sido contagiada de Coronavirus. “De ahí me entregaron y la tengo en mi casa, y mis hermanos me atacan para que la lleve. Yo reconozco que no se va a hallar por el desarraigo y eso, pero temo por la salud de ella”.
Explicó que actualmente se encuentra internada en el Hospital Geriátrico con un cuadro de ACV. “Espero que salga y se puede solucionar todo. Mis hermanos deberían pensar en que ella tiene 114 años, necesita de mucho cuidado, principalmente la salud, la limpieza y el alimento”.
“Quiero que quede claro que yo no tengo ningún rencor, pueden llevarla unas semanas mientras que la traigan al control médico, siempre con los cuidados como los que yo le doy acá”, concluyó.
