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23 noviembre, 2024
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“El desgano en los mayores, una señal de alerta”

Especialista destaca qué hay que tener en cuenta cuando una persona mayor comienza a “desconectarse” con los vínculos o actividades de la vida diaria. Y señala la importancia de una rutina. Entrevista con Daniela Billone, por Natalia Ruiz. Diario Popular.

Con el paso de los días y el aislamiento social, preventivo y obligatorio ante la pandemia de coronavirus, el ánimo puede ir cambiando y pasando por distintos estados. Sin embargo, en las personas adultas mayores hay algunas señales de alerta a tener en cuenta, como el desgano, la desconexión con los vínculos o actividades, a fin de prevenir un posible cuadro depresivo.

La psicóloga Daniela Billone, especialista en personas mayores, destaca que “las probabilidades de caer en cuadros depresivos” ante las situaciones que se están viviendo “aumentan” tras un corte en lo cotidiano, dado que por el momento no se puede salir a realizar las actividades habituales, como ir al centros de jubilados y jubiladas, a los cursos y talleres de las universidades de tercera edad, entre otras. Sin embargo, señala que es importante el rearmado de una rutina para no caer en el desgano.

“El aislamiento a todos nos modificó la rutina, a qué hora nos levantamos, a qué hora comemos. Una cosa es irse de vacaciones una semana y no poner el despertador y otra es que la dimensión temporal que da la rutina desaparezca”, advierte.

Ante este panorama, Billone indica que “es normal tener días de mal humor, de angustia, días de tener ganas de hacer actividad física”. Pero remarca que “la principal precaución que tiene que tener una persona mayor es darse cuenta cuando hay desgano y éste empieza a ser moneda corriente”.

“Al respecto ejemplificó: “Es cuando ya no tengo ganas de preparar la comida y me hago una sopita, no tengo ganas de limpiar, no tengo ganas de llamar a mi hija/o, o sea cuando se empiezan a dejar de hacer las actividades de la vida diaria, pero no porque estoy ocupada en otra cosa, sino porque no tengo ganas y me quedo sentada sin hacer nada o mirando la televisión sin prestar atención”.

Y aclara que “al mirar la televisión o escuchar la radio parece que la persona está en una postura pasiva pero es interactiva porque desde lo intelectual hay una actividad mental”. No obstante indica que cuando hay desgano “uno se empieza a desconectar, está frente a la tele pero es lo mismo que mirar a la pared, no está interactuando”.

“Falta de interacción”

La señal de alerta, remarca Billone, es “la desconexión, la falta de interacción con seres vivos, sean personas, mascotas, plantas, o actividades básicas de la vida diaria, y otras como talleres en centros de jubilados y universidades de tercera edad que si bien ya no se puede asistir -dado el distanciamiento preventivo- muchos grupos se mantienen en contacto por Whatsapp o Facebook”.

“En este sentido indica que hay que tener en cuenta si se generó “un cambio en la vida diaria” de la persona mayor, “si antes llamaba a un familiar o amigo cada día o día y medio y ahora ya no lo hace, si le gustaba las plantas y las empieza a abandonar, si todos los días barría la casa y ahora no, o no tiene ganas de bañarse”.

Y explica que “la señal de alerta” es cuando el adulto o adulta mayor “por sus gustos, por su personalidad”, comienza a “desconectarse” con las personas, mascotas, plantas o actividades básicas de su vida cotidiana.

Al respecto señala que es “un proceso, todo es paulatino, y lo importante es que el adulto mayor pueda registrarlo, darse cuenta de lo que le está pasando y empiece a generar mecanismos, aunque le cueste mucho al principio, para revertirlo”.

“Cuando el desgano se da en todas las áreas de la vida, la persona está en pleno proceso de desconectarse y es la base de un estado depresivo, lo que insisto mucho en prevenir”, remarca la profesional que trabaja en la capacitación de cuidado de adultos y adultas mayores.

Billone destaca que “los mayores están informados sobre las medidas médicas, escuchan, leen, miran los medios, pero hay que hacer campaña también sobre los peligros de la desconexión, si uno empieza a notar que aumenta el desgano, lo que no es lo mismo que tener fiaca” y aclara que “fiaca es hoy me quedo en la cama, desgano es ir perdiendo interés, es ya no tener ganas”.

Cómo revertirlo

En este sentido indica que “así como la desconexión es paulatina, el reconectarse también” y una de las sugerencias es “armarse una agendita casera, y no es necesario tener una agenda sino un papel donde armar la semana, se lo divide en mañana / tarde / noche, o por día solamente, y la persona va planificando la semana hábil, de lunes a viernes, y a lo mejor una sola actividad por día: lunes, limpiar el baño; martes, llamar a una amiga; miércoles, cocinar tal cosa”.

“La persona mayor tiene que sentarse, escribir e ir armando la rutina de la semana. Y no sirve que el familiar o acompañante le diga “el lunes qué ponemos”, y qué más, y “qué otra cosa”, porque no hay que forzar a que se llene de actividades”, recomienda.

También destaca que “se puede anotar en papelitos y pegarlos en lugares estratégicos, por ejemplo, en la puerta de la heladera si hay alguna actividad en la cocina, en el baño, al lado del televisor. La agendita tiene que ver con un ordenador semanal, una rutina y se empieza con una actividad por día. Luego de llevarla a cabo la persona se va a sentir mejor, va a decir ‘lo pude hacer. Y en la medida que se empiece a reconectar va a ir escribiendo más actividades”.

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