En nuestra sociedad individualizada todos somos artistas de la vida, ya sea por propia elección o por imperativo social. Y esto es así lo creamos o no, nos guste o no. En esta obra, Zygmunt Bauman realiza una brillante descripción de las condiciones en las que elegimos cómo queremos vivir y de las limitaciones que pueden imponerse a dicha elección.
“Estamos en cuarentena, en un periodo ideal para reflexionar, para pensar que rumbo hemos tenido a lo largo de nuestra vida y para dónde vamos de acá en más. Este libro comienza con una pregunta, ¿QUÉ HAY DE MALO EN LA FELICIDAD?…Parece una pregunta simple, y absurda tal vez, porqué uno se dirá, qué hay de malo!, nada!. Pero pareciera ser que en la búsqueda de la felicidad, el hombre ha pensado que la felicidad estaba en consumir cada vez más y más rápido, y en esta rapidez de ni siquiera darse el tiempo de comer tranquilo. Ha llevado a una vorágine imposible de parar”, explica Daitter.
“Pareciera ser que esto, no era el encuentro con la felicidad, es por eso que en un punto, este placer de estar relajados es lo que se ha perdido y tanto se ha perdido que nos llegamos a aburrir al estar en esta situación de relajación en casa. Sin embargo, es interesante lo que está empezando a ocurrir, pareciera ser que esto, que no se compra en las tiendas como el amor, el afecto, una comida en familia, el contacto con las plantas, cosas sencillas que tienen que ver con sentir nuestra propia respiración; empezamos a disfrutar de las cosas sencillas, básicas, que están ahí pero las habíamos olvidado”, remarcó la especialista en educación.
Zygmunt Bauman: El Arte de la Vida. De la vida como obra de arte
De nuevo Bauman afronta los problemas de la modernidad, asumiendo un difícil reto: abordar el tema de la felicidad. Para ello trata cuestiones como el papel del individuo (el artista, el auctor, actor y autor al mismo tiempo) frente al determinismo estructural, y por tanto el influjo del individualismo en la búsqueda de una vida feliz.
La brevedad, la fragilidad, la fugacidad e incertidumbre propias de una época caracterizada por la “liquidez” moderna serán, según el sociólogo polaco, factores que definan las complicaciones a la hora de construir un proyecto sin fin.
Asimismo, entran en escena dos polos aparentemente reconciliables a la hora de definir la identidad: seguridad frente a libertad. Bauman presenta este ensayo, como viene siendo habitual, con un tono filosófico, poético y cargado de metáforas, probablemente el único posible para tratar un aspecto tan difícilmente mesurable como la felicidad.