La licenciada en psicología Flavia Beltramo Bringas es especialista en gerontología, preside el Centro de Estudios Gerontológicos de la Fundación Norte Estratégico y es secretaria de la Junta Promotora del Consejo Provincial del Adulto Mayor. En esta oportunidad, opinó sobre la denuncia por abuso sexual realizada por la actriz Thelma Fardín, contra Juan Darthes, ocurrido hace nueve años en una gira de la tira de ficción “Patito Feo”, en Nicaragua.
Resaltó, como primera medida, que “esto permitió que michas mujeres pudieran contar sus historias y aparecieron muchas que se animaron con esta primera voz, pese a que los casos vienen desde hace mucho denunciando abusos y desigualdad de género”. Expuso que “somos geniales jueces al decir le creo o no le creo, pero nuestro lugar debería ser el de hacer un llamado a la reflexión, a pensarnos algo que no ocurría en otros tiempos porque quizás, 50 años atrás no era posible y muchos se cuestionaban por qué ella no habló antes”.
Como profesional, afirmó que “no habla el que quiere, sino el que puede y en un contexto determinado como el que está surgiendo ahora”. Agregó que “esto es un llamado a pensar en la cuestión de la violencia, el maltrato, en repensar estructuras que estaban naturalizadas y debían silenciarse, para que el sistema funcione de manera normal”, pero “vivimos ahora cambios, donde es posible mirar una realidad diferente”.
Recordó que “antes naturalizábamos muchas situaciones de maltrato y hoy podemos pensar que no es natural, que en este caso estamos hablando de un abuso sexual, pero hay otras formas de maltrato, como las largas colas de jubilados, bajo el sol, en el banco y parece algo tan natural, pero hoy llama la atención y es genial que se discuta porque es una forma de maltrato institucional”.
La licenciada en psicología también expresó que “hay que pensar en qué lugar posible tuvieron las mujeres y habilitar que puedan decir hoy qué les hay pasado, que en su vida sufrieron situaciones de violencia, abuso sexual y debían callarse y acceder a cualquier cosas”. Estas son situaciones que las marcaron y debían silenciar para sostener ese poder desigual, donde la voz de uno era más valiosa que la del otro”.
“En una sociedad donde el silencio era la respuesta y este es aliado de la injusticia, de la impunidad, hay ahora un silencio que grita, se pone en movimiento y esto es el valor de lo que está pasando”, recalcó. Por ello, exhortó a los ciudadanos a que “más que ser jueces, deberíamos pensar en lo importante que es que la palabra se movilice”.