( de la presentación del libro La caja de Cedro, Laila Daitter)
… “Cuenta la leyenda que un cacique buscó a su hija en el monte durante días y días. El anciano apoyaba su oreja en el suelo en el intento por escuchar cualquier indicio de los pasos de la joven pero finalmente, muere agotado por el cansancio. Sin embargo, su oreja echó raíces, de donde nació el frondoso Timbó. Por eso, en las ramas del árbol crece un fruto con forma de oreja.
Esta historia me recuerda a mi abuelo quien, cada tarde, allá en el pueblo de Loreto, se sentaba debajo del Timbó a cantar retahílas en árabe, recordando a su tierra libanesa, a la cual jamás pudo regresar.
Esto me llevó a pensar en los textos que se escriben con la.voz de los abuelos. Esas palabras que se graban en el corazón y se pasan de generación en generación.
Nuestra identidad está en esas historias que se pasan de boca en boca, de oreja en oreja y echan raíces en el alma”…