“En el marco del Seminario Permanente de Investigaciones sobre Derecho de la Vejez de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, del Centro de Investigaciones en Derecho de la Vejez de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario y de la Maestría en Derecho de la Vejez de la Universidad Nacional de Córdoba, queremos expresar nuestro compromiso con las Personas Mayores y colaborar con algunas sugerencias frente a la pandemia de Coronavirus”, sostuvo en el inicio de su carta abierta la Profesora Dra. María Insolina Dabove, en representación además de su equipo de trabajo.
“En primer lugar, adherimos a las recomendaciones de los organismos oficiales. Asimismo, requerimos a todas las instancias estatales y a la sociedad civil, establecer mecanismos de protección diferenciados para este colectivo, que aseguren su bienestar y cuidado conforme lo establece el art. 75, inc. 23 de la CN y el art. 29 de la Convención Interamericana sobre la protección de los DDHH de los Adultos Mayores:
A tal fin estimamos urgente priorizar el acceso efectivo y preferencial a la salud (art. 19 de la Convención), como también la seguridad alimentaria y nutricional (arts. 13 y 19)”, prosiguió la especialista.
Y destacó en este sentido, “Nuestra sociedad ha demostrado ser humanamente comprometida frente a situaciones adversas. Por ello apelamos a la solidaridad familiar, vecinal y social para hacer efectiva la colaboración con las personas mayores que necesiten realizar trámites y asegurar el abastecimiento de los bienes necesarios para la vida cotidiana”.
CAMPAÑA: “Hagamos un trato geronto-linguístico: abuelo, NO, persona mayor, SÍ”
“Sería prudente establecer un horario diferenciado que sea razonable, para la atención al público en los supermercados, y/o establecimientos de expendio de alimentos; entrega a domicilio que no dependa exclusivamente del uso de internet. En el mismo sentido, rogamos que actúen las instituciones bancarias, obras sociales, prepagas, PAMI, entre otras”, explicó.
Siguió enumerando, “Conociendo el compromiso de los trabajadores Encargados de Edificios, sería fundamental su colaboración para alertar sobre personas mayores solas que requieran intervención estatal. Los servicios de salud podrían mantener líneas abiertas de consulta telefónicas a fin de no abarrotar los edificios”.
Por último, “condenamos enfáticamente cualquier trato “viejista” o discriminador hacia una persona por el solo hecho de ser mayor. Como también repudiamos la nefasta práctica de seguir considerando a los mayores seres humanos descartables, a los efectos de no permitirles acceder a los recursos sanitarios que requieran”.
EJERCER DERECHOS EN TIEMPOS DE CRISIS ES MÁS DIFÍCIL, pero no es imposible. REQUIERE QUE TODOS Y CADA UNO CUIDEMOS y SEAMOS CELADORES DE LA VIDA.
