Utiliza sensores que permiten detectar cambios en la pisada, infecciones y el riesgo de la aparición de hongos. El objetivo es ayudar a diagnosticar problemas en forma temprana y así evitar las complicaciones posteriores, como amputaciones.
En el año 2016, mientras acompañaba a su padre que estaba internado en un hospital, Facundo Noya conoció a una mujer que había ingresado por una infección tras haberse clavado una tachuela en el pie. La paciente ingresó caminando y aparentemente saludable, pero cuatro días después tuvieron que amputarle la pierna para poder salvarle la vida, ya que era imposible parar la infección.
Aquella paciente era diabética y producto de esto había perdido sensibilidad en sus pies, por lo que no había notado que se había lastimado y pasaron cuatro días hasta que atendieron la herida. Las personas con diabetes también tienen muchos problemas de cicatrización, por lo que lastimaduras pequeñas que en una persona sana se curan en pocos días pueden representar serios riesgos para alguien con esa enfermedad.
“Me pareció un horror, no podía creer que esas cosas estuvieran ocurriendo hoy en día”, le dijo Noya a la agencia de noticias TSS mientras recordaba aquel episodio. Noya, que es entrerriano y se graduó como ingeniero biomédico (estudió en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Córdoba), comenzó a pensar en cómo se podrían evitar estos casos mediante algún tipo de prevención. La idea derivó en Ebers, una plantilla inteligente capaz de detectar cambios en la pisada del paciente, infecciones y el riesgo de la aparición de hongos a partir del uso de quince sensores.
La plantilla permite hacer un monitoreo en tiempo real del pie mediante diversos tipos de sensores. Dos de ellos son de temperatura, están ubicados en la parte anterior y el arco y ayudan a detectar una infección en forma temprana. Un sensor de humedad detecta cuándo están dadas las condiciones para la formación de hongos, bacterias o si hay exceso de transpiración. Toda esta información se envía por Bluetooth al teléfono del paciente, lo que permite generar alertas si detecta algún problema y eventualmente también podría ser enviada al médico de cabecera. Además los datos pueden quedar registrados para detectar cambios en el largo plazo.