En la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Gobierno provincial advirtió sobre el fenómeno de las «abuelas esclavas».
Es un fenómeno que se está estudiando hace ya mucho tiempo en Europa y Latinoamérica, e incluso está enunciado en la Convención Interamericana de Protección de los Derechos de las Personas Mayores:
Este síndrome lo sufren sobre todo las abuelas. Es que sobre ellas recae culturalmente el papel de cuidadoras y de responsabilidad de la educación y del cuidado de la familia, mientras que se busca más al abuelo para que juegue y lleve al parque a los niños y las niñas.
Lo cierto es que muchas personas mayores sufren distintos tipos de vulneración de derechos o maltrato, a partir del cuidado o no de los nietos. Por ejemplo, ante un divorcio los hijos quedan en el medio de una disputa entre sus padres, la que afecta directamente a los abuelos, quienes ya no tienen la posibilidad de ver a sus nietos con la periodicidad con la que lo hacían antes. “La desventaja que tienen a nivel afectivo las personas mayores, cuando dentro de un ámbito familiar surge un hecho tan común como es el nacimiento de un nieto, quedan exentos de poder sostener el vínculo en el tiempo”, declaró la directora de Adultos Mayores, Silvia González.
Las amenazas y las extorsiones
«Es un fenómeno común y fácil de advertir en el propio seno familiar, un vecino o un amigo, donde hay personas mayores que quedan al cuidado de los nietos, en algunos casos en contra de su voluntad, o amenazados con la idea de que si no los cuidan, por ejemplo un fin de semana o durante la jornada laboral, no se los van a dejar ver”, sostuvo.
“No tienen el derecho de poder disfrutar de sus nietos, de alguna manera, sino que muchas veces está impuesto por los familiares como que los abuelos tienen la obligación de cuidarlos por el trabajo de los padres», resaltó. «Esto redunda en no poder hacer otras actividades, por el hecho de tener que cumplir con esa tarea de cuidarlos, llevarlos a la escuela, hacerles la comida, lavarles la ropa, relegando viajes, tiempo libre, naturalizando el hecho de que tienen que cumplir con esa actividad”, agregó.
“Este maltrato psicológico conlleva a la abuelidad como una obligación y no un derecho y habla de dos sufrimientos: aquel en el que abuelos y nietos y bisnietos se alejan a partir del divorcio de los padres, y el de las abuelas presionadas para cuidarlos y así relegar su propia independencia. Se puede sumar a este fenómeno cuando la familia se va a vivir a la casa de la persona mayor, por ejemplo, por cuestiones económicas, encomendándole no solo el relegar espacios sino además el cuidado de los menores. Si hay personas con discapacidad, aún más todavía”, expresó.
Los seis puntos a tener en cuenta
Las familias ven en las abuelos o los abuelos un cuidador “gratis” y de confianza, además de saber que es muy poco probable que les vaya a fallar. Pero en muchas ocasiones, lo que creen que puede estar beneficiando al abuelo, como la ocupación de su tiempo libre o disfrutar más tiempo de sus nietos, provoca en estos “nuevos” abuelos una serie de síntomas que los expertos ya conocen como síndrome del abuelo esclavo. Deberías de prestar atención si:
-Tu vida social es inexistente más allá de tu familia;
-Te sientes estresada/o por el peso de educar y cuidar a tus nietos demasiadas horas;
-Sientes que no vives la vida en la que pensabas cuando soñabas con la jubilación;
-Cuando terminas de estar con tus nietos no te quedan energías de realizar cualquier otra actividad, estás cansado/a;
-No sabes cómo decir que necesitas un descanso o más tiempo para ti;
-Tienes episodios de estrés, ansiedad, insomnio o depresión;