El Papa Francisco propone la ”Primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos”, que se celebra hoy domingo 25 de julio, abuelos y ancianos de distintas partes del mundo expresan su felicidad por encontrarse en esta etapa de la vida, en la que se convierten en custodios y transmisores de la fe. El Papa quiere que se celebre en todo el mundo el Don de la vejez, pues ellos son un modelo a seguir para las nuevas generaciones, así lo expresa la página oficial de Vaticano.
Esta semana tuvimos la oportunidad de ir a grabar ‘’Vivir Plenamente’’ TV a Santa Ana, a conocer la realidad de dos hermanos que se les incendió la casa, junto a la Dra. Gladys Esther Pereyra, Presidente de la Junta Promotora del Consejo Participativo de Personas Mayores de la Provincia de Corrientes y además hablar con el cura párroco Guillermo Danuzzo sobre el valor de la jornada a favor de las personas mayores propuesta por el papa Francisco. El cura nos resaltaba la necesidad de escuchar, integrar y devolver el rol de las personas mayores en nuestros hogares.
También esta semana acudió a nosotros una señora cuyo hermano tiene adicción al alcohol y vive en situación de calle, en caso ya está trabajando el equipo del Área de Adultos Mayores del Ministerio de Desarrollo Social. Al escuchar el dolor de esta Sra. pensaba en la cantidad de personas mayores que se encuentran cuidando a otras personas mayores o que de pronto se tienen que hacer cargo de la realidad de otro, para lo cual no están física ni emocionalmente preparados. Y todo se complejiza más porque socialmente no están las cosas organizadas para facilitar la vida de las personas mayores, todo lo contrario.
Nos servirá la pandemia para ser mejores personas, para saber que lo verdaderamente valioso es el otro humano que está a mi lado. Me pregunto serenemos más conscientes que somos esencialmente sociales, vivimos en comunidad, que lo que le suceda a él, me sucede a mí a corto o mediano plazo. Seguiremos en este individualismo atroz que nos lleva a estar como estamos ahora, alejados, indiferentes y muy apurados por llegar a ningún lado, porque la pandemia ya nos demostró nuestra fragilidad y finitud. Servirá, como propone el papa Francisco para ver el don de la vejez y tomarlos como un modelo a seguir para las nuevas generaciones o continuaremos invisibilizando, excluyendo y discriminando a los viejos.
Yo tengo esperanza, tengo una profunda fe en las personas, en nuestra capacidad reflexiva, en nuestra conciencia individual y colectiva, por ello estoy segura que vamos a generar los cambios necesarios para que, llegar a ser viejo no sea una condena, ni desde lo familiar, social y mucho menos económico.
Nosotros los futuros viejos, los envejecientes de hoy, juntos a nuestros hijos, somos los responsables de generar ese cambio para poder ver el don de la vejez.
Bienvenidos a ‘’Vivir Plenamente’’.
