“…no se alcanza el amor sin otro al lado” Byung Chul-Han
Lo sucedido en Palermo Soho se repite en los consultorios en donde mujeres dolidas por las violaciones y dentro de un circuito de drogas consultan. Dañadas en lo más íntimo de su ser el trauma de lo “animal” se perpetua como secuela postraumática durante años. El “anti-amor” triunfo y dejó su marca traumática.
La violación surge como el triunfo de la “animalidad” y máxime cuando se realiza bajo el impulso hipnótico de lo masivo a través de la “manada” y del uso de drogas (la victima da la impresión de que fue drogada y en el coche de los activos violadores se encontraron alucinógenos como son la marihuana y el ácido lisérgico y un depresor que actúa también como desinhibidor como lo es el alcohol).
De esto sugestivamente no se habló. En la cultura de lo “políticamente correcto” se ha naturalizado el uso de drogas y cuando el abuso muestra su cara siniestra se oculta “bajo la alfombra” sus efectos en un verdadero discurso cómplice de cancelación de lo que no se debe mencionar.
Luego de una larga noche y madrugada en la calle frente a un negocio y en presencia de transeúntes realizaban este acto vejatorio lo cual habla del estado de alienación de los participantes y de omnipotencia antisocial y perversa.
Tres rasgos claves cité:
- alienación; antisocialidad; c. perversión y por último el influjo de lo que hoy en el mundo se llama “violación en manada” que cita el papel de la grupalidad enloquecida que genera un efecto determinado de disolución de lo moral.
El alienado vive en un mundo paralelo en donde el día puede ser noche o esto ni quizás importe y el perverso antisocial sacia sus descargas no viendo más allá de su “ombligo”. El otro no existe y más cuando entre las drogas y la fuerza hipnótica de la “manada” no hay Ley que valga y que supere su propia bestialidad. Alienado deriva de “alienus” o sea extranjero. Eran extranjeros en su propia tierra con otra Ley que y con otro lenguaje. El acto no mediatizado por la Ley del cuidado del Otro suplanta a la palabra y a la ternura que es la base del Amor.
Es más hoy se habla en los consumidores inveterados de sustancias de psicopatía adquirida (antisocialidad con desprecio del otro y de las normas morales) ya que las drogas alteran el funcionamiento de los sistemas de recompensa del cerebro y las finas estructuras frontales que nos separan de los simios. Se ubican ahí lo que se llama la “neuro moral” o sea se suspende el juicio ético en función de procesos químicos que alteran aspectos centrales del sistema nervioso.
En la Perversión hay un “secuestro” del otro que deja de existir. Es solo un medio para la descarga impulsiva. La arbitrariedad y el exceso “cosifican “al otro. Esta deriva de “per-vertere” que es verter con exceso un líquido de un recipiente a otro; o sea primacía del exceso, el desborde. Lo ilimitado siendo precisamente el Límite la marca precisa de la Ley.
HACIA LA EXTINCION DEL AMOR
En la cultura de Masas el Amor se ha transformado en un atributo de consumo en un “tómalo y déjalo” como en una góndola de supermercado. Se ha prostituido el amor que es precisamente lo que salva y el complemento de desarrollo de todo individuo. Cayo bajo el rancio individualismo en donde lo social no existe. Por eso decimos que el amor está en peligro de extinción.
Se devalúa la vida familiar, se exalta el “poliamor”, hacemos del lenguaje inclusivo una cuestión central y el diálogo entre las personas se devalúa con la manipulación triunfando lo antisocial (la amoralidad como eje de la existencia) y la perversión.
¿Fallan los transmisores de la Ley?; podemos pensar que sí ya que la cultura del otro como eje de la Ética se transmite de padres a hijos, de abuelos a nietos, de maestros a alumnos, etc. Estamos fallando ya que somos hijos de lo que recibimos de lo contrario lo caótico de la barbarie se apodera de un conjunto social.
El narcisismo suplanta la realidad de lo social y de los otros. Es el imperio del Ego que es la “tumba de una persona”.
Solo el Amor nos saca del verdadero Infierno que es el Narcisismo como eje de la Existencia. El vínculo, el servicio, la donación. Valores olvidados.
De lo contrario aparece la “tinderización de la vida”, la llamada cultura porno y todas sus extensiones. El “porno” es el individualismo de la imagen y de la descarga impulsiva. Una nueva droga con una gran plusvalía en esta sociedad. La mujer como objeto y que es ofertada como objeto en su esclavitud ante “capangas” que lucran con lo visual y la desmesura de la imaginación y del exhibicionismo. Plusvalía “a full” mercantilizándose todo.
El Dios Eros de los griegos (hemos entrado como dicen algunos pensadores europeos en la “Edad oscura” ya que no se estudian a los griegos y a los antiguos porque no es lo “políticamente correcto”) era lo que unía, pacificaba o sea en definitiva lo que nos salva. El “porno” es la antípoda del Eros y esto aniquila a la sociedad misma.
Caída la educación o menguada su eficacia la calle es la “escuela” antihumana que siempre interviene y así vemos como existe la entrada en bandas, la pertenencia a “barras bravas”, la alianza negativa con grupos marginales y se va conformando lo que se denomina el “narcisismo maligno” en donde siempre la grupalidad patológica va escondiendo a la persona (Otto Kernberg-analista especializado en trastornos de la personalidad severos).
NARCISISMO MALIGNO
El síndrome de narcisismo maligno está caracterizado por una personalidad por un egocentrismo extremo, envidias, tendencia a sentirse en competencia con todos los demás, superioridad, tendencia a devaluar a otros, incapacidad de empatizar y de relaciones humanas profundas. Sensación emocional crónica de vacío con abuso de drogas y alcohol para compensar esta sensación y conductas antisociales francas (mentiras, destrucción a entidades sociales).
Cuando se ligan a Líderes antisociales están cerca de formar grupos extremistas y este Líder refuerza sus conductas y que además les justifica todo sin sentimientos de culpa.
Tienen todos colapsos de su vida social, por ejemplo, hijos abandonados y repiten con otros su propia historia. Son “materia” fácil para grupos marginales y que un “Patrón del Mal” los dirija. Se sienten así superiores así a otros.
Además, convencidos de que la “depuración” del enemigo es la “depuración” de la comunidad o del club, o de otro grupo barrial o de otra banda que disputa territorios. La agresión es un mandato ético validado por el “Líder antisocial” máximo.
Se establece un “Estado Totalitario” en el propio grupo de pertenencia patológico ya sea en el barrio, el club, o del distribuidor de drogas. Ahí nada se discute. Nada de lo que dice el “Líder mayor” se puede discutir. Puede ser aniquilar a una mujer, al adversario-enemigo.
Todo vale en el reino de la Anomia (anemia de valores y normas) prestigiada y así todo se justifica desde un enemigo: “blanco-negro”, esta banda contra la otra, un grupo de un club contra otro, etc.
Escisiones potenciales en una población que en algún caso se buscan o sea ahondar divisiones (blancos y negros); traumatizaciones extremas que inducen angustia, agresión y sobre esto se desarrolla una ideología que lidere el grupo segregado de marginales, des-afectivizados, desvinculados desde niños de figuras significativas. Una vez que se da esto aparece el estallido de violencia que terminó con el agotamiento que lleva a un gran daño.
El mundo de ellos es un “mundo en guerra”. La paranoia y la megalomanía reinan inflado todo esto por el consumo de drogas.
La pobreza extrema, la caída de la escuela y la familia y de las instituciones culturales de la sociedad son ejemplos en el mundo que abonan el crecimiento de estos grupos patológicos.
FRACASO DE LAS INSTITUCIONES SOCIALIZADORAS
Somos seres vinculares; nos hacemos en vínculos con otros y muchos de esos otros son especialmente significativos (padres, maestros, familiares exclusivos, líderes sociales, etc.) y a la vez el vínculo requiere de una pertenencia a un grupo (familia, institución). El vínculo se asienta en sentimientos ligados a una contención particular en situaciones críticas.
Vivimos en esta época post- pandémica un déficit de vínculos y sentimientos.
El “zoom” tan prestigiado no reemplaza al contacto directo, observar la cara del otro, el rostro, la mirada. Escuchar la lección del maestro, el amor al Libro que èste inspira, la solidaridad y la socialización que da la escuela o el club. Todo esto queda amputado. Crecemos con testimonios de figuras significativas y el “zoom” nos aleja de esto.
La lección del otro que porta un cierto saber nos “vacuna “frente al virus” de la ignorancia o del fanatismo. Tenemos que aprender y estudiar que es la mejor manera de ser humildes y base de una actitud humana.
Este virus de la ignorancia y del fanatismo y la cantidad de personas con actos antisociales y consumo de drogas nos debe -creo-llevar a potenciar y reforzar los elementos de la civilización que hacen al encuentro, la educación, la vida familiar, la vida escolar, el apuntalamiento de las instituciones culturales y de los clubs de barrio.
Los pacientes son una lectura de una época, surgen de déficits de la propia cultura que los recibió y en muchos casos los abandonó. Esta es una tarea nueva para los que como terapeutas los debemos acoger y ayudar tanto a ellos como a los restos de familia que tienen.
Promover alianzas, desterrar defensas frente al otro, cultivar la paciencia y la flexibilidad frente a personas que sufrido mucho es una tarea de hoy. Frente a esto están la alienación y las alienaciones grupales, las drogas, las desvinculaciones, el Imperio del Ego, las anti-socialidades y las perversiones, dentro de todo esto creo hay que ubicar el auge de las violaciones y del abuso hacia la mujer hoy. El Dios Eros (lo que une) cede su lugar al Dios Thanatos(lo que destruye).
JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR GENERAL GRADIVA
Rehabilitación en adicciones