[dropcap]L[/dropcap]os adultos mayores y quienes han sufrido fracturas o lesiones óseas, tienen la capacidad de predecir cuándo va a llover, basados en el dolor que sienten en huesos y articulaciones. Este “super-poder” no se trata de un mito de la ciencia, sino que tiene un asidero real. Hoy, queremos contarles por qué duelen los huesos cuando va a llover.
¿Duelen los huesos? Culpa del clima
Los huesos y especialmente las articulaciones responden a los cambios en el clima y la ciencia ha podido explicar a qué se debe tan particular situación, que transforma a algunos en unos verdaderos meteorólogos. Mientras más daño se tenga en las articulaciones, más exactos son los pronósticos. Quienes tienen artritis son quienes más sufren de dolor cuando cambia el clima y, la ciencia tiene varias explicaciones para definir por qué ocurre tan extraño fenómeno.
La más aceptada y comprobada se basa en el cambio de la presión barométrica de la atmosfera, que tiende a disminuir cuando se acerca el mal clima, creando el mencionado efecto en el cuerpo. La gente sana no notará cambios, pero quienes tiene algún daño en los tejidos, sienten como esa presión más baja hace que estos se expandan, haciendo presión por sobre la articulación.
Quienes sufren lesiones articulares, saben que los nervios que las rodean están más sensibles y, por ello, sutiles cambios en el ambiente pueden transformarse en dolores. No importa si es que se acerca una tormenta o sólo una leve lluvia, el dolor estará presente.
Efectos de la presión barométrica sobre el cuerpo
Tal como las bajas de presión barométrica en los días de lluvia provocan expansión de tejidos y, por ende, dolor de articulaciones, los diferentes cambios en ella también son culpables de otros efectos.
Cuando viajamos en avión, la altitud, pese a que las cabinas están presurizadas, puede hacer que nuestros pies se hinchen. Ello también se debe a la menor presión barométrica.
Si estamos ubicados a nivel del mar y, tampoco nos movemos durante largos periodos de tiempo, no sufriremos de hinchazón, ya que allí la presión permanece alta y estable.
¿Es posible evitar el dolor?
Investigadores realizaron estudios en ciudades con climas templados, fríos y calurosos. Los resultados demostraron que gran parte de quienes tienen lesiones óseas reaccionan ante el menor cambio en la presión atmosférica, por lo que mudarse no sirve para nada.
Los médicos, recomiendan mantener la casa a temperatura templada, poner hielo sobre las articulaciones para disminuir la inflamación y ejercitar para evitar que el tejido que las rodea sea tense.
En vez de sufrir por el dolor que provoca el mal clima, hay que mirarlo por el lado positivo y, sorprender a los demás con la increíble capacidad de predecir el clima sin necesidad de ser meteorólogo.