Pilar romano es hacedora cultural correntina y pasó por Vivir Plenamente para hacer un repaso por su vida y si carrera. En este marco, opinó también sobre la situación del Centro de Jubilados de la Provincia de Corrientes. “Me place mucho compartir este momento radial porque parece una labor importante que la sociedad a veces no percibe en toda su dimensión”, destacó.
“Parece que la ley la cumple aquel que no tiene más remedio que cumplirla”, dijo en torno a la situación social actual, agregando que “si encuentra una rendija por la cual evadir el total o parcial cumplimiento de la ley, se elige esa rendija y eso es desalentador”. Habló sobre su libro “El Desamparo Bajo la Cama”, referido a “situaciones en las que alguien se siente que ingresa a una situación de desamparo o alguien que ya busca a veces vengarse o tomar alguna revancha hacia quién supone o hacia quienes supone que lo han este desamparado”.
Explicó que “hay veces que el verdadero desamparado no es justamente el que cuenta y el protagonista sino el que también está del otro lado”. Agregó que “el desamparo una situación complicada porque cuesta que la gente lo confiese, se cierra en sí misma y hay veces que yo pensé tomar ese tema porque me encontré revisando los archivos que tenía dos o tres cuentos que rondaban alrededor de eso y me pareció interesante seguir con historia de esa línea, hasta conformar algo que pueda tener entidad del libro”.
“Uno a veces no encuentra exactamente su situación en esos casos o en los planteos del libro y leyendo una historia de alguien que supo que pudo salir de eso, encuentra así una manera de resolver su propio ocaso o de saber porque alguien, otra persona se siente de determinada manera”. Recordó que “el objeto de la escritura literaria no es precisamente la utilidad, pero sí además si además de entretener desde el punto de vista temático sirve, bienvenida sea también la utilidad, si bien no es el punto hacia el cual mira el escritor cuando se propone hacer literatura”.
“No sé si hay en mí, un impulso, que el propio autor pueda hallar y definir claramente, pero por mi trabajo, siempre tuve que escribir”, recordó en cuanto a sus motivaciones. Añadió que “yo siempre digo que creo que cuando yo me fui a registrar me hicieron escribir el acta de mi propio nacimiento”. Contó que en el año 1.983, cuando ya llevaba casi 15 años en esa función “y un día veo todos los tomos que se encuaderna van de resoluciones, actas, memorias y me pregunté por qué tantos años escribiendo lo que otros quisieron decir o necesitaban que diga la verdad, porque no aprovechar esa cancha por decirlo llanamente, de expresarme con la palabra, diciendo cosas que yo quiero”.
Rememoró las palabras de su padre, quien le decía “lee al que bien escribe y escucha al que bien habla y eso te servirá siempre es la vida”. Destacó que “ayuda mucho apreciar el valor de la palabra”, en lo que ella transformó en “no una válvula de escape, como un darme un gusto de escribir algo sino tratando de ser leída”. Recordó que su primer libro publicado fue una novela titulada “Inocencia Plenaria”, que definió como “un fresco de la vida en Corrientes, en la segunda mitad del siglo pasado”. Luego, le siguieron varios libros de cuentos, poesías y otros géneros literarios.
