En la pasada edición de Vivir Plenamente, nuestra querida amiga, la Profesora magíster en Educación, Laila Emilia Daitter nos trajo dos títulos súper recomendados. El primer de ello es el producto de un nobel escritor, que publicó su primer libro llamado “El ÁRBOL SILBADOR”. Esta especie de homenaje a Dolina es una invitación de Rosental César a escribir las vivencias.
“En este libro van a encontrar esa riqueza que se lleva en el alma, hay imágenes muy interesantes y muy graciosas; en una esquina parado donde se imagina que una silueta de mujer vestida de rojo, deslumbrante y se imagina toda esa trayectoria de mujer que va caminando y el texto se llama distancia, Pero cierta cercanía le permite ver que estaba hipnotizado por su imaginación y que bueno, de cerca era bastante desteñida la belleza y la cartera que portaba era una bolsa de supermercado Impulso”, nos relata Laila.
“Es muy gracioso es muy interesante meterse dentro de estos cuentos, son cuentos cortos que ya les digo nos van a llevar de un lado a otro, desde una plaza a un recuerdo y valen la pena explorarlo porque uno cuando explora la lectura de los otros también se explora uno mismo uno; aparece en el texto del otro y uno se hace también un poco con el otro así. Bienvenidos los escritores nuevos, bienvenido a todos”.
SINOPSIS:
El escritor argentino Alejandro Dolina, en el Atlas Secreto que figura en sus Crónicas del Ángel Gris, da cuenta de la existencia de un árbol silbador.
El árbol (un jacarandá) accedía a pedidos del público y silbaba puntualmente los temas requeridos.
Los refutadores de leyendas, entre otros, explicaron e intentaron demostrar la trampa en semejante prodigio.
El final del cuento dice que: …hay que admitir que muchísimas personas encontraban una gran dificultad en reconocer las piezas silbadas y aun en advertir silbido alguno. El Atlas cierra este capítulo con una frase dedicada a tales gentes: ”El árbol no silba para todos. El que no oye silbidos, tal vez no merece oírlos”.
El presente es un libro que contiene cuentos, historias y narraciones tímidamente silbados por su autor, que tal vez sea yo mismo. Y digo tal vez porque algunos de los relatos tienen giros y decires que superan ampliamente mi talento. No puedo dejar de sospechar una suplantación.
Otro de los títulos que nos presentó Laila en esta edición es “Hacia una literatura sin Adjetivos”, de María Teresa Andruetto.
El gran peligro que acecha a la literatura infantil y a la juvenil en lo que respecta a su categorización como literatura, es justamente el de presentarse a priori como infantil o como juvenil. Lo que puede haber de para niños o para jóvenes en una obra debe ser secundario y venir por añadidura, porque el hueso de un texto capaz de gustar a lectores niños o jóvenes no proviene tanto de su adaptabilidad a un destinatario sino sobre todo de su calidad, y porque cuando hablamos de escritura de cualquier tema o genero, el sustantivo es siempre más importante que el adjetivo. De todo lo que tiene que ver con la escritura, la especificidad de destinatario es lo primero que exige una mirada alerta, porque es justamente donde más fácilmente anidan razones morales, políticas y de mercado.
La literatura de un paso no se hace solo con escritores, sino también con investigadores, formadores y críticos y se hace sobre todo con lectores que dialogando con las obras ya escritas, van construyendo obra hacia el futuro. Se trata de una construcción social, que tiene que ver con entender la literatura de un paso como la inmensa tarea de una sociedad que escribiendo, estudiando, cuestionando, difundiendo, leyendo o ignorando lo escrito va haciendo la obra de todos.
También para todos de que él pueda compartir con nosotros este texto buenísimo felicitaciones y queremos invitar para el mes de diciembre a todas aquellos talleres que están funcionan en los centros de jubilados, clubes de abuelos y en los centros comunitarios. Pueden comunicarse al 362 4 60 36 57.