En el último programa de Vivir Plenamente, dialogamos con Julio Ambrosio, impulsor de la Campaña Nacional de Concientización Vial Estrellas Amarillas, a través de la Fundación Laura Cristina Ambrosio Battistel. Contó que la iniciativa surgió a partir de la pérdida de su hija, y el 20 de abril de 2018 quedó formalizada la organización, el día de su cumpleaños. “Hoy, dicho por los periodistas, es la campaña más importante que tiene el país a nivel nacional, todas las provincias tienen un grupo de Estrellas Amarillas y en Corrientes también”, explicó.
“Yo perdí dos hijas. Y cuando un padre pierde un hijo en un hecho de tránsito, que a mí me dolió en el alma como a cualquier padre le duele la pérdida de un hijo, entonces empecé a pensar cuando la traían de La Pampa a Córdoba, en ambulancia, yo venía sentado atrás, en el suelo, con el cajón de ella, al lado mío. Ese viaje no le deseo a nadie. Le juré a ella que iba a luchar todos los días de mi vida para evitar estos hechos”, contó. “Hay muertes que son inevitables, porque son accidentes. Pero estos no son accidentes, son incidentes. Se pueden evitar la mayoría de ellos, sea por la velocidad, el alcohol o lo que sea”, afirmó.
“En el cumpleaños de ella inauguré la Fundación y ahí comenzamos, todos los días, recorrí todo el país. Hice 8 mil kilómetros de rutas de mi país, desde Ushuaia hasta Jujuy, todo el país, de este a oeste, de norte a sur”, relató. “Tenemos la sede en Córdoba Capital y hay 501 grupos en todo el país, de padres que pasaron lo mismo que yo. Porque no queremos que ningún padre más sufra la pérdida de un hijo en un hecho evitable, luchamos para evitar eso y que tomen conciencia”, remarcó.
Le juré a ella que iba a luchar todos los días de mi vida para evitar estos hechos. Hay muertes que son inevitables, porque son accidentes. Pero estos no son accidentes, son incidentes.
ALCOHELEMIA CERO
“Yo fui uno de los ‘inventores’ de la Ley de Alcohelemia Cero, acá en Córdoba y en 14 provincias del país. No es una ley que prohíba tomar, lo que prohíbe es manejar si tomás. El que maneja no toma, el que toma no maneja”, aclaró, y contó que se adhirieron principalmente provincias del sur, noroeste y nordeste del país. “Corrientes no”, comentó, así como tampoco Chaco. “Ahora estamos luchando para que sea ley nacional, pero los diputados dicen que si se aprueba, se van a perder empleos, como cuando se largó la ley de espacios sin humo y los cafes dijeron que iban a perder ventas. Todo siguió igual. La mayoría de los diputados quieren firmarlo, pero hay un grupo que no quiere”, apuntó.
“En Córdoba bajamos un 40% de las muertes viales por esta ley. En Entre Ríos igual, en Misiones lo mismo. Es una constante. Yo no creo que alguien sea tan grosero para no aceptar que nos salva la vida, y de los jóvenes, porque el promedio de edad de quienes mueren es entre 25 y 26. Son nuestros hijos, son nuestros jóvenes. Entre un 20% y 30% de accidentes quedan heridos, no pueden llevar una vida normal por el resto de su vida, porque no pueden caminar o no pueden hablar. Las pérdidas humanas son terribles y la destitución de las familias”, describió.
TRASFORMAR EL DOLOR EN AMOR
“Cuando se murió mi primera hija, doné al hospital una sala de estimulación para niños internos. Un niño internado no permanece en cama, pero ¿qué hace en un hospital? Me di cuenta que lo que calma, aunque no cure, es dar amor al prójimo”, reflexionó. Y contó que desde Perú le habló un psicólogo que le dijo: “Usted cambió la psicología en cuanto a los accidentes viales, porque consiguió la terapia de una familia cuando pintan esa idea y descargan todo ese dolor”.
Hay más de 150 mil estrellas en todo el país. “El Estado no hizo lo que nosotros hicimos, fuimos hasta lugares que ni sabíamos que existían y ahí estuvimos, ahí fundamos un grupo de Estrellas Amarillas”, aseguró. La Fundación lleva adelante la tarea de pintar una estrella amarilla donde ocurrió el hecho de tránsito, ya sea en una calle o a la vera de una ruta, además se dan charlas en colegios y escuelas de todo el país. Además, colaboran como padrinos del hogar “Refugio de Vida” en Córdoba para adultos mayores, debido a que Laura estudiaba gerontología con su madre al momento de su muerte. “Esta Fundación la cuido como si fuera mi hija, porque es mi hija. Esta es una de las pocas fundaciones que tienen nombre y apellido: Laura Cristina Ambrosio Battistel”, expresó.