En el inicio de la Edición Nº 588 de Vivir Plenamente, la directora general Mirian Blanchard, reflexionó acerca de la prioridad en la atención para adultos mayores en organismos públicos y privados, establecida en Corrientes por la Ordenanza Nº 5.467, sancionada 14 de abril de 2011 y promulgada por la Resolución Nº 1.867, del 27 de junio del mismo año. En Chaco, está vigente la Ley 7.780/16, que establece que nadie puede esperar más de 30 minutos para ser atendido.
Algunas de las habilidades que los periodistas tenemos es la observación y el viernes pasado, esperando en un cajero automático, presencié una discusión de un grupo de personas, con una señora, que no era la típica anciana, de espalda encorvada y batón. Muy por el contrario, era una señora arreglada, de cabello teñido, pero que manifestó que le dolían mucho las piernas y que por eso no podía hacer la cola.
Me pregunto, habiendo leyes que garantizan los derechos de las personas mayores, ¿hay necesidad de excusarse?, de decir voy a hacer uso de mi derecho porque de otra manera no me puedo sostener en pie. Al salir del cajero, me dirigí a los presentes y les dije que existía la ordenanza, que se les debía respetar y que por más que la señora se ocupará de verse bien, era una persona mayor y estaba en todo su derecho. Además, les pregunté qué harían ellos, si fuera su madre o su tía la que pedía la prioridad.
Les cuento que los comentarios eran qué problema va a tener, viste cómo está, cómo se veía y lo más triste es que esos comentarios eran de otras mujeres, en su gran mayoría. Pero quiero que pensamos en algo: las personas mayores tienen que verse como en esta representación social que existe en el imaginario colectivo, de la persona mayor con bastón, arrugada encorvada, con ropas desalineadas, para que la dejen pasar a la abuelita o al abuelito. O empezamos a respetar el derecho que les asiste a las personas por su edad, más allá de la forma en la que se encuentran.
Yo tengo tías y amigas, que vos las ves y ni ahí, vas a decirle abuelita, pase; pero por todos los años de trabajo, en las distintas actividades que han realizado en su vida, no resisten media hora de cola, ni siquiera. Sé que es difícil que uno pueda pedir, desde los micrófonos de la radio, que se respeten las leyes en un país como el nuestro, donde vemos que son los derechos de todos pisoteados a diario.
Pero somos nosotros, como miembros de la sociedad, los que podemos empezar a hacer el gran cambio. Empezando por darle la prioridad que le corresponde a nuestros mayores o de lo contrario seguiremos siendo una sociedad egoísta, desaprensiva, incapaz de sentir empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Nuestro gran problema como sociedad, no sólo con los adultos mayores, sino también como con las personas con discapacidad es el actitudinal. Somos nosotros los que tenemos que cambiar las actitudes y así vamos a poder construir juntos una sociedad para todas las edades, una sociedad cada día más inclusiva.
No tenemos que estar esperando un Mesías que haga el gran cambio.
Bienvenidos a Vivir Plenamente.