Hola buen día queridos amigos, como empezar un programa un 18 de julio a 27 años del atentado terrorista que voló la AMIA la Asociación Mutual Israelita Argentina, sin sentirnos sumamente triste y dolidos, murieron 85 ciudadanos argentinos y unos 300 más salieron heridos, cosas que recordamos todos los años.
Cuántos de los que están escuchando el programa seguramente aun estaban en plena actividad laboral, quizás estaban iniciando la universidad, su primer trabajo o planificando casarse y armar una familia. Y piensen todo lo que han hecho en estos 27 años, ya se jubilaron, son profesionales, tienen hijos y tal vez muchos también lograron ser abuelos. Bueno todo eso que ustedes hicieron en 27 años, ninguna de las 85 personas asesinadas por la bomba que voló la AMIA lo pudo hacer y quienes los asesinaron andan libremente por el mundo y tal vez los que facilitaron las cosas localmente, caminan junto a nosotros…
Las personas a quienes se le arrebató la vida eran ciudadanos argentinos como nosotros, lo que marco la diferencia entre ellos y nosotros fue sólo una cuestión de tiempo y espacio, cualquier pudo estar caminando en la zona de calle Pasteur al 600 o haciendo tramites en la AMIA, hace 27 años.
Se imaginan el dolor de pasar más de medio siglo pidiendo año tras año lo mismo, Justicia!!, pasan las administraciones, los gobiernos y todo sigue igual, e inclusive peor. Porque hasta se atrevieron a un acuerdo con Irán, principal sospechoso de gestar el atentando, para sacar del listado de buscados por interpol, a los presuntos autores ideológicos, luego la muerte del fiscal Nisman. Ayer escuchaba a una familiar de las víctimas, decir que aún faltan desclasificación de documentos vinculados a la investigación para saber qué pasó, quiénes colaboraron localmente para que semejante atentado fuera posible, de lo contrario estamos condenados a que se vuelva repetir.
Este año AMIA nos propone conectarnos contra la impunidad, quiero desde esta pequeña tribuna, hacernos eco del pedido de AMIA, conectarnos como argentinos, bajo la misma consigna para conseguir finalmente “justicia”.
No podemos, ni debemos seguir con esta herida abierta, los culpables deben ser juzgados y condenados. Como sociedad debemos clamar por justicia, no podemos permitirnos que el virus del olvido y la indiferencia envenenen nuestros corazones.
