[dropcap]C[/dropcap]ompartímos con todos nuestros lectores que nos acompañan cada domingo, la editorial de la edición N°453 de “Vivir Plenamente”, para que la leamos, la compartamos y reflexiones entre todos.
“Los otros días me llama una señora de un pueblo del interior y me cuenta que en su nieto estaba con una alergia y que era fin de semana y no estaba su pediatra, desesperados los padres recurren al hospital y después de esperar mucho tiempo aparece el medico de guardia en hojotas con vestimenta de hincha de fútbol ya que se estaba disputando el partido entre Argentina y Chile, se presenta mal humorado. Le pregunta a los padres cuanto pesa el niño, no lo revisa para nada y le dice que le den un antifebril y que cualquier cosa si no pasa vuelvan al otro día, con ellos también estaba una familia humilde de la zona rural con un BB en situación similar que habían pagado $450 pesos a un auto para que los lleve a la ciudad y se volvieron con la misma indicación, que tome el antitérmico…
Se imaginan el estado de indefensión de esas personas, que además tienen miedo de decirle algo al “señor médico” algo porque seguramente pueden volver a necesitar de él, además nuestra gente del interior es muy sumisa y respetuosa…
¿Cómo se explica la actitud de éste profesional? Se excusará en que le pagan poco por la guardia, que los padres son unos pesados y vienen a molestar por cualquier pavada, o que éste hombre al igual que muchos otros trabajadores que encontramos en oficinas públicas, en los bancos, en las obras sociales, y en tantos de lugares donde nuestros mayores acuden a diario (y también son mal tratados como esta pareja y su niño en el hospital) les falta compromiso para desarrollar su tarea y sólo quiere librarse del “problema” y seguir haciendo sus cosas…
Las compensaciones económicas son muy importantes y siempre lo serán, a final de cuentas para eso trabaja una persona, pero que pasa con la responsabilidad y el compromiso que deben tener para desempeñar la tarea para la cual fueron asignados?
Considero que las personas debemos hacer un profundo análisis sobre que estamos haciendo con nuestras vida, a dónde nos lleva la vorágine de la vida cotidiana, que nos va deshumanizándonos, cómo puede ser que un médico que desde primer año les van inculcando “le servir al otro” llegue a este punto de desinterés. En qué punto de la vida el otro se transformó en un número o un problema al que hay que despachar rápido.
Todo esto se da en medio de una anomia social, donde nadie respeta nada y las entidades y/u organismos de control mucho menos.
Por eso decía al inicio que debemos resucitar en nosotros el compromiso, la responsabilidad social individual. Creo que lo que nos plantea la pascua al igual que Purim (conmemoración en honor a la valentía de la reina Ester que celebra la comunidad judía por estos días) nos resaltan (salvando las distancias entre un protagonista y otro) valor, compromiso, entrega y sacrificio, en pos de salvar la vida de los demás.
Pero también nos habla de esperanza y esa juntamente la que me motiva a escribir estas líneas ya que considero que no todo esta perdido y que seguramente alguien que me escuche podrá acepta mi invitación a pensar qué hacemos diariamente en nuestro trabajo, cómo atendemos a las personas, cómo nos comportamos, será posible que resurja en nosotros el compromiso con los demás y empecemos a ver y escuchar al otro como lo que es: un ser humanos, un hermano mío a quien le pasan tantas cosas como a mí y necesita de mí profesionalismo y compromiso”…
Bienvenidos a Vivir Plenamente!!!.
