En el último programa de Vivir Plenamente, dialogamos con el doctor Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad de Buenos Aires, sobre el bono de 5 mil pesos para jubilados y pensionados. “Estamos muy preocupados porque hay cuatro millones y medio de jubilados que perciben 23 mil pesos, que no llega a cubrir un tercio de las canastas de sus necesidades, que era de 64 mil pesos en el mes de abril”, insistió el doctor, quien destacó que “el bono no es algo nuevo en Argentina en períodos preelectorales, es realmente reemplazar derechos por limosnas, porque son cinco mil pesos que son 160 pesos por día, implica poder comprar un yogurt más o un kilo de pan, pero un jubilado está con una enorme cantidad de carencias en términos de deudas de expensas y alquileres, que no van a poder cubrir”.
“Uno ve bien todo dinero que entre al bolsillo del jubilado, lo que reclamamos es que ‘esos pesos’ correspondan a su derecho como partícipes de un sistema de seguridad social. El jubilado debe tener sus ingresos conforme a su historia laboral y a lo que corresponde a la canasta. Esto no ocurre hoy, hay una concepción del sistema político del haber jubilatorio más como un subsidio que como un derecho previsional”, explicó Semino.
Y relató lo que ocurrió en junio, cuando se estableció el reajuste a los jubilados del 12%. “La misma semana se conoció que los diputados y senadores se habían auto-adjudicado un aumento del 40%. Hicimos una presentación al Jefe de Gabinete, que suele ser muy locuaz en otros temas, pero sobre esto no se ha expedido, porque quienes se auto adjudicaron el aumento fueron los mismos que votaron un presupuesto por una pauta inflacionaria del 29%. Por lo cual, si ellos se están rectificando su pauta de aumento, ¿por qué no al jubilado el mismo derecho? Todavía no tenemos respuesta, obviamente insistiremos”, manifestó.
El jubilado debe tener sus ingresos conforme a su historia laboral y a lo que corresponde a la canasta.
Sobre el bono de 5.000 pesos para jubilados y pensiones, aclaró que se cobra directamente y aparece en el recibo de quienes reciben menos de 46 mil pesos, que es el tope de las dos mínimas sumadas. También que el bono no es por beneficio, sino por beneficiario. “Si hay una jubilada que está percibiendo una pensión de 23 mil pesos y una jubilación de 30 mil pesos, no va a cobrar el bono, porque excede el tope de los 46 mil pesos. Es muy ambiguo lo que anuncian los funcionarios de manera festiva y bastante irrespetuosa, porque en definitiva hablan de 6 millones de beneficiarios, pero no sabemos si las pensiones no contributivas van a tener bono o no, y recordamos que ahí tenemos casi un millón de personas con discapacidad. No sabemos si las PUAM van a tener o no, y tanto estas como las pensiones por discapacidad, son bastante menos que la mínima. Están alrededor de 17 y 18 mil pesos”, expuso el doctor.
“Hasta que no salga la resolución, no vamos a saber. Tampoco en lo que se refiere a las mujeres a través de la Ley de Cuidado, es decir que por haber cuidado a un hijo, se le reconoce un año de antigüedad, a uno con discapacidad por dos años. Pero son anuncios, a veces divergentes que hacen los funcionarios”, comentó. Sobre esto, opinó: “A mí me parece bien ampliar derechos, pero nunca se pueden ampliar derechos de los necesitados en detrimento de otros necesitados. Hay que tener equidad y acordarse de las mujeres que cobran rentas vitalicias, algunas de 800 y 1000 pesos hace diez años, así como de los trabajadores activos que tienen 30 o 40 años de aporte que se han quedado sin trabajo y no les da la edad para jubilarse, están en un limbo donde no pueden volver a trabajar en blanco y son explotados, ni tampoco se pueden jubilar”. Aclaró que la explotación del adulto mayor “es todo en negro, deben aceptar lo que se les paga, porque tienen que subsistir, porque con 23 mil pesos que es lo que cobran cuatro millones, es imposible subsistir”.
A mí me parece bien ampliar derechos, pero nunca se pueden ampliar derechos de los necesitados en detrimento de otros necesitados.
“Muchas veces esté afán de publicidad política, no va hacia el adulto mayor, sino aquel que lo ve de afuera, por televisión. Quien lo sufre todos los días, que va al mercadito del barrio, que va mirando el precio de las cosas elementales y después va dejando cosas en la caja al no poder pagar, luego de haber trabajado toda una vida. Hoy no se puede dar un gusto, ni proteger su salud con una comida sana”, ilustró Semino sobre el presente de los adultos mayores en la sociedad. “Yo veo en muchos otros países que cuando se reúnen las federaciones nacionales de trabajadores, ellos piden por el salario del activo y el jubilado, en paralelo. Porque alguien al jubilarse no deja de ser un trabajador, no deja de ser alguien que aportó durante toda una vida”, agregó.
“Están discutiendo sobre un mero subsidio para el que trabajó durante toda la vida y puso –pusimos- la plata en el Estado y que nos la robaron, porque hoy está a cero el sistema. Hoy el sistema paga lo que recauda, encima tiene cargado una enorme cantidad de subsidios que no provienen de la Seguridad Social. Anses paga alrededor 28 millones de cheques, pensiones, jubilaciones y pensiones no contributivas son alrededor de 7 millones. Es imposible que un sistema aguante, salvo que ocurra lo que está ocurriendo, que es el ajuste sobre los haberes de los adultos mayores. Hay abuso y maltrato estructural muy concreto del Estado sobre los adultos mayores”, aseveró Semino.