Se conmemoró el Día Mundial del Corazón. Al respecto vale señalar que en Argentina, 1 de cada 3 fallecimientos en hombres y mujeres se debe a causas cardiovasculares, y se estima que se producen más de 40.000 infartos al año.
El panorama sanitario actual en Argentina es preocupante. El 35% de la población padece hipertensión, mientras que el 30,7% tiene colesterol por encima de los 200 mg/dl.
Uno de cada 4 argentinos presenta obesidad. El 69% de los adultos no hace suficiente actividad física durante la semana y, aunque las cifras disminuyeron significativamente en los últimos años, aún fuma el 22% de los mayores de 18 años en el país.
Desde la Sociedad Argentina de Cardiología recomiendan introducir pequeños cambios en el estilo de vida puede generar grandes beneficios en la salud cardíaca y evitar enfermedades y complicaciones que nos pondrían en riesgo.
Atención con la masa corporal y buena alimentación: un peso adecuado se logra al equilibrar las calorías que se ingieren con las que se consumen durante el día.
Observar el colesterol y la glucosa: el exceso de colesterol se deposita en las paredes de los vasos sanguíneos y obstruye el flujo de sangre. Si en ayunas los resultados del colesterol superan los 200 mg/dl y la glucemia es mayor a 100 mg/dl, hay que consultar con un especialista.
Dormir bien: al menos 8 horas diarias porque el descanso permite reponer energías. Evitar el consumo de estimulantes o el exceso de cafeína para rendir durante el día.
Mantenerse activo: por ser un músculo, el corazón necesita ejercitarse. Por eso, realizar actividad física de manera regular para mejorar la circulación sanguínea en todo el cuerpo. Las arterias lograrán mayor y mejor dilatación, los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre se regularán y la presión arterial disminuirá. La indicación actual son 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico de intensidad moderada.
No al estrés y la ansiedad: intentar generar espacios para desconexión. Prácticas como el yoga pueden ser de gran utilidad.
Controlar la presión: la presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Los niveles de una persona sana están debajo de los 140/90 mm de mercurio. Es importante chequearla constantemente, ya que la hipertensión suele ser asintomática. Una medida útil es disminuir el consumo de sal.
No fumar: el tabaco disminuye la cantidad de oxígeno en sangre, estrecha y endurece la capa interna de las arterias y hace que la presión arterial aumente.
Cuidado con el alcohol y otras sustancias: al mezclarse con la sangre afectan el funcionamiento de muchos órganos del cuerpo. Diagnosticar a tiempo: se estima que la mitad de las personas que mueren repentinamente por males coronarios no sabía sobre su problema. Es fundamental la realización periódica de chequeos médicos, especialmente, si hay factores de riesgo.
Controlar la diabetes: puede provocar graves alteraciones en corazón, riñones, visión y extremidades inferiores.