Quiero hablarles de la importancia que tiene la contención afectiva y económica en las personas mayores. Y este mensaje va dirigido a los familiares de las personas que superan los 60 años, los “+60” de nuestra población, que en nuestra región son aproximadamente unos 500 mil, pensando no solamente en Corrientes, donde ya hemos superado los 110 mil, sino en las provincias de Chaco, Formosa, Misiones y Entre Ríos, donde llegamos fácilmente a esta cifra, si no la superamos.
Saben que en muchas culturas los niños y los ancianos son la reserva de la Nación porque estas sociedades saben que los niños son el futuro y los mayores representan la sabiduría de ese pueblo. Pero, lamentablemente en nuestra cultura occidental esto no es así y lo vemos demostrado a diario, en una infinidad de ejemplos que podemos dar. Ambos extremos de la vida son los más vulnerables y los que más sufren la pobreza.
Actualmente, los sindicatos y las organizaciones sociales están movilizados ante el inminente fin de la moratoria previsional que permitía a las personas jubilarse sin los años de aportes suficientes. Tras la prórroga del 2016, se la conoce como la jubilación de las amas de casa, ya que en estos últimos años, sólo podíamos las mujeres acceder a esta moratoria.
Veremos qué pasa; si es que el Estado nacional tiene la sensibilidad necesaria o considera que la PUAM (Pensión Universal para los Adultos Mayores) es suficiente. Recordemos que la PUAM cuenta con la obra social del PAMI y con todos los beneficios que otorga la ANSES, pero lo que percibe es el 80 por ciento de una jubilación mínima, así que estas personas perciben algo así como nueve mil pesos, si es que llegan a esa suma.
Esta semana fui a comprarle remedios a mi madre, ella me lo pidió, eran una vitamina, un anti artrosis y una crema para la piel. Entre estos medicamentos, que tienen la cobertura del 50 por ciento del PAMI, llegó igualmente a los 2.300 pesos. Así que, imagínense ustedes con cuánto dinero se queda una jubilada que cobra la mínima.
Pero esta realidad no es una cuestión de esta administración, solamente. Todas las gestiones siempre tuvieron posturas erráticas respecto al sistema previsional, que llevan a nuestros ancianos a vivir sumergidos en la pobreza. Y porqué dije al principio que este mensaje va dirigido a los hijos, a los nietos, a los sobrinos y a toda la comunidad activa laboral: porque sus voces, lamentablemente hoy, tienen más fuerza y peso que la de las personas mayores.
Queridos amigos, ustedes también van a llegar a ser jubilados y pensionados, es una cuestión de tiempo. Se pusieron a pensar que si hoy, todos nosotros tenemos que correr de un lado para otro porque la plata no nos alcanza, ¿qué va a pasar cuando seamos mayores y ya no tengamos las mismas energías y nos retiremos con una jubilación que hoy no llega a los 12 mil pesos?.
Es hora, realmente, de que todos nos pongamos las pilas y le pidamos a la nueva administración (porque la que está ahora se está yendo y en muy poco tiempo vamos a tener un nuevo presidente), un pedido especial. Que todos nosotros hagamos una firme campaña de solicitar una reforma previsional que pueda cubrir una canasta alimentaria básica y estamos hablando de unos 30.000 pesos como mínimo. Además, mis compañeros y yo estamos aportando para los jueces y los legisladores, que cobran el día que se jubilan, 10 o 15 veces más de lo que yo voy a cobrar cuando me jubile, así que hay mucho para analizar en este sentido. Pero lo que no nos debemos permitir en este sentido como sociedad es seguir siendo cómplices del padecimiento de nuestros adultos mayores, que hoy se encuentran sumidos en la pobreza.
Bienvenidos a Vivir Plenamente.
