Tienen como objetivo mejorar el estado de ánimo de los adultos mayores. Son un éxito y buscan que se convierta en política pública.
La imagen del abuelo que nos ha mostrado la cultura popular desde tiempos inmemoriales es la de una persona anciana, encorvada y con el pelo blanco mate; que lleva el pantalón o la pollera casi a la altura de las axilas, usa bastón, anteojos y tiene pelos en la nariz y orejas. Se la pasa en la plaza dándoles pedazos de pan a las palomas. Si alguna vez la realidad mostró esa imagen, ciertamente no es la actual, cuando los hombres y mujeres que pasaron los 60 están tan activos como en sus épocas juveniles, o incluso más.
Los numerosos casos de atletas de más de 100 años de edad que siguen batiendo récords en distintas disciplinas son un claro ejemplo de ello. Otro es lo que sucede por estos días en Inglaterra, donde todos los sábados se realizan grandes fiestas que sólo cuenta con una regla irrestricta: hay que ser mayor de 60 años para entrar. Los eventos son un éxito y sus creadores buscan que se conviertan en una política pública.
Las fiestas se denominan The Posh y se realizan todos los sábados en cinco locales de la capital británica, Londres. Se trata de una iniciativa que busca mejorar el ánimo de adultos mayores que sienten que sus mejores años ya han pasado, que se sienten solos o que necesitan que su rutina cambie para bien. En las fiestas, las abuelas y los abuelos conocen a otras personas, activan su cuerpo y son tratados como invitadas e invitados VIP.
Las fiestas están ambientadas como los grandes bailes de la década del ’40. Y como todo debe estar acorde a la elegancia de esa época, los antros no son albergues adaptados ni asilos decorados, sino viejas iglesias remodeladas con amplios pasillos y espacios.
Las celebraciones se hacen a full: hay tres shows en vivo con pianistas o violonistas, coctelería vintage y los asistentes son atendidos por unos 100 jóvenes voluntarios que deben ir vestidos de etiqueta, blanco y negro, para darle un toque de distinción a la velada. Todo para que los adultos mayores se sientan realmente especiales.
La idea de estas fiestas nació de los hermanos británicos Annie y Simon Casson, quienes veían como su mamá de 80 años perdía vitalidad a medida que se sentía más sola. Así que le organizaron una fiesta con sus amigas más cercanas, pero no una celebración cualquiera, sino una elegante con la mejor vajilla, pastel y té. El inmediato cambio de ánimo y energía en su madre convenció a Annie y Simon de extender esas fiestas más allá de su casa.
“La gente mayor es especialmente vulnerable a la soledad y al aislamiento social. Y eso puede tener serias consecuencias en su salud. Cientos de adultos mayores están solos y alejados de la gente. Eso debe cambiar”, se lee en la página de la iniciativa The Posh, que presume que su “fiestero” más regular tiene 102 años.
Para llevar estas fiestas a más adultos mayores en Reino Unido, The Posh buscará que sus fiestas sean reconocidas como una política pública de salud a favor de los más grandes del país.
Fuente: Huffington Post y ThePosh.co.uk
