[dropcap]E[/dropcap]n nuestro último encuentro, nuestra querida columnista Laila Daitter, compartió nuevas lecturas para tenerlas en cuenta y sumarlas a nuestra biblioteca en la casa.
- “La vida secreta de Walter Mitty”, de James Thurber: “Lancemos una pregunta al aire: ¿Se puede hacer una película de más de dos horas inspirándose en un relato corto, y cuando digo corto, digo de unas tres cuartillas? Pues parece ser que sí, y si no, vean La vida secreta de Walter Mitty,la película de estas Navidades a pesar de que durante todo su metraje no se vea ni un solo Papá Noel ni la sombra de un abeto engalanado. Debemos conformarnos con contemplar a Ben Stiller (también su director) viajando por paisajes poco agradecidos en busca de un negativo que presuntamente tiene el tío-interesante que interpreta el gran Sean Penn (que da miedo/ternura/cachondeo a su antojo).
Es el buen rollo que transmite o pretende transmitir, lo que la hace digna de esta etiquetita. Pero no me liaré a hablar del film (sólo decir que me lo he pasado muy bien viéndolo: es un digno y entretenido producto aunque no sea lo que vulgarmente conocemos como “un peliculón”). Porque como supondrán, aquí estamos para hablar del cuento del que lo han sacado. Quizás ya lo hayan oído, pero La vida secreta de Walter Mitty, escrito por el estadounidense James Thurber en la década de los 40, dio nombre al llamado síndrome de Walter Mitty, uséase, la tendencia a soñar despierto para evadirse de la realidad con una frecuencia preocupante. Cuando supe de esto, yo mismo llegué a pensar que soy un enfermo leve de la curiosa dolencia, pero sigamos”…
- “Cuando era niño soñaba” de Justin Matott: “Hay una actividad que le gusta especialmente a los niños y que suelen poner en práctica en cuanto pueden: justo antes de dormirse, o cuando se aburren en el cole, o cuando el viaje en coche resulta demasiado largo…pensar en las musarañas, es decir, en nada y en todo. Pensar soñando, imaginando situaciones arriesgadas, misiones imposibles, trabajos extraños en los que el niño es siempre protagonista. La editorial Edaf publica dos libros que recorren precisamente alguno de estos sueños, que algunas veces se convierten en realidad, pero que en la mayoría de las ocasiones sirven solo de alimento a la inagotable imaginación infantil. Un niño soñaba que vivía en un árbol robusto con bañera y todo, que encontraba un tesoro donde el arco iris llegaba a su final, que tenía una heladería propia donde se podía encontrar cualquier sabor…Y hablando de musarañas, que en la realidad es un pequeño roedor, como actividad extra este libro propone encontrar al ratoncito Rudy que anda perdido en unas ilustraciones en las que suceden una y mil cosas. Un libro para observar y un libro para soñar que, finalmente, es el mejor alimento del alma. Las ilustraciones son de Mark Ludy”.
MIRA LA PARTICIPACIÓN COMPLETA DE LAILA: